Un lance del encuentro disputado ayer. | Gemma Andreu

El San Rafael se trajo ayer un punto de tierras menorquinas tras empatar (0-0) con el Mercadal, en un partido en el que los locales se jugaban la vida y acabaron muy molestos con el árbitro tras reclamar penalti en la recta final del choque.

El San Rafael se mostró en Menorca como un rival incómodo. Lejos de parecer un equipo que no se juega nada, dio la cara.

Tras una primera parte plácida, en la segunda tocó sufrir ante un Mercadal que, con el viento a favor, se lanzó a por el partido. Los blue pudieron adelantarse, pero acabaron encerrados por el ímpetu menorquín. El Mercadal se estrelló contra el palo y reclamó con amargura un penalti de Álvaro sobre Elliot.