La atleta Ana Peleteiro cae al foso de arena después de uno de sus saltos. | Marcelo Sastre

Can Misses acogió ayer el mayor evento deportivo de Ibiza en cuanto a nivel. No todos los días el público ibicenco puede disfrutar de dos campeones europeos y varios medallistas internacionales. El Meeting Toni Bonet reunió ayer a la flor y nata del atletismo español.
La cita comenzó con una carrera popular para todo aquel que quisiese formar parte de este evento y luego dio paso a las categorías inferiores. El mitin contó con la presencia de varias escuelas de atletismo que dieron colorido a la pista y a las gradas.

Cuando llegó el turno de las grandes figuras todo se torció. El cielo se desplomó sobre Ibiza y comenzó una tormenta. Lluvia, granizo, rayos y truenos. Las caras de los atletas, el público y los organizadores era un poema. Todo el mundo a cubierto mirando el cielo y esperando que pasase la nube. Durante unos minutos eternos, se llegó a valorar incluso la posibilidad de tener que suspender la prueba si la lluvia no amainaba, la tensión se notaba en el ambiente.

La climatología mejoró, no demasiado, pero sí lo suficiente para que los atletas volvieran a salir al tartán. La nueva superficie ibicenca acogió ayer por primera vez un gran evento y superó las expectativas. Todos los atletas participantes alabaron el nuevo tartán y recordaron que el año pasado la pista era como correr prácticamente en asfalto.

La actividad regresó a la pista y llegó el turno de las primeras pruebas absolutas. Los saltadores de longitud iniciaron la fiesta. Eusebio Cáceres y Héctor Santos ofrecieron un buen concurso que se llevó este último por seis centímetros de diferencia. El atleta del FC Barcelona se fue a los 7.73.

Mientras los saltadores daban rienda suelta a sus habilidades sobre el foso, llegó un nuevo imprevisto. Apagón. La tecnología dejó de funcionar. Los tiempos ya no se podían tomar. Nuevo parón en pista.

La organización decidió adelantar las pruebas infantiles que aún quedaban por disputarse, mientras se trabaja en solucionar el problema. Nuevamente el fantasma de suspender la prueba sobrevoló Can Misses. La luz volvió y los atletas brillaron.

En un 2.000 de muy alto nivel, Kevin López mostró su fortaleza para llevarse la victoria y quitarse la espina de ganar en Ibiza, tras retirarse lesionado en la edición del año pasado.
Por su parte, Sebastià Pons se erigió como el rey de la velocidad de la cita ibicenca. Que ganase la prueba de los 100 metros podría entrar en los planes, lo que nadie esperaba es que venciese en el 300 con la presencia de Óscar Husillos, subcampeón de Europa. Husillos no encajó bien la lluvia y decidió no arriesgar para evitar lesiones dejando un mal sabor en Can Misses. Sin lugar a dudas fue la decepción de la jornada.

No falló Estela García en la prueba femenina y se impuso con facilidad. Mientras se celebraban estas pruebas ya estaba en el foso de la longitud Ana Peleteiro. La campeona de Europa de triple salto vino a Ibiza a hacer mejor marca personal en una prueba que no es la suya. Lo logró. Supero la barrera de los seis metros y llegó 6.07. La distancia no fue suficiente para ganar a su compañera de entrenamiento Yariadmi Argüelles.

El premio gordo llegó al final con los 1.000 metros masculinos, antes Esther Guerrero se mostró intratable en la prueba femenina. Destrozó a todas sus rivales y ganó con claridad. La categoría masculina estaba llena de nombres, tantos que los atletas que iban a hacer la prueba del 500 se pasaron al 1.000. Atletas del 800 y el 1.500 cara a cara en un punto intermedio.

El duelo, con permiso de otros grandes atletas, era Álvaro de Arriba, campeón de Europa de 800, contra Jesús Gómez, bronce en el 1.500. Ganó este último. Lo hizo con suficiencia después de una grandísima carrera a ritmo elevado. Fue el broche perfecto para una cita que sigue creciendo.