Mari Pau Huguet, ayer, en las instalaciones del Grupo Prensa Pitiusa. | DANIEL ESPINOSA

Mari Pau Huguet (Ibiza, 10-01-1994) es la primera ibicenca en participar en el Campeonato de España de rallys de montaña. La piloto viene de ganar su categoría y acabar como la primera mujer en la mítica Subida Internacional al Fito, una cita que, además, forma parte del Campeonato de Europa.

—Supongo que estará contenta por sus resultados en Asturias. ¿Esperaba ganar en su categoría?
—Sí, la verdad que estoy muy contenta. Y no, no esperaba ganar y menos en agua. Nunca había competido con lluvia, ni había conducido el coche sobre mojado.

—¿Cómo fue esa experiencia sobre mojado?
—Bien... en la salida no tanto. En la salida estaba muy asustada. Hicimos la primera tanda con unas ruedas en buen estado y patinaba mucho. Además, llegando arriba se empañó el cristal y no veía nada, menos mal que me conocía la carretera.

—¿Se imaginaba compitiendo en una prueba de nivel internacional como esta?
—Pues no. Estuve dos años haciendo asistencia y era un sueño. Me alucinaban los coches, la afición y pensaba ojalá algún día pueda correr aquí.

—Ya es una fija en el Campeonato de España, ¿cómo le ha llegado esta posibilidad?
—Bueno, pues apuntándome y gracias al apoyo que tengo de los patrocinadores. Era un sueño que yo tenía, algo que quería hacer sí o sí. Creo que podemos estar al nivel. Poder subirme al podio en estas pruebas... estoy cumpliendo mi sueño.

—El motor históricamente siempre ha estado relacionado con los hombres. ¿Le ha costado hacerse un hueco? ¿Ha tenido las mismas oportunidades?
—Los chicos siempre me han ayudado un montón. Ahora, me apoyan con el tramo porque ellos llevan muchos años en el Campeonato de España y se lo conocen súper bien. Hacerme un hueco no me ha costado más por ser mujer, aunque sí es verdad que hay gente que me ha sorprendido para mal.

—¿Ha tenido cierta discriminación?
—Ahora, corriendo no. Antes, sí. Cuando estaba metida en el mundillo y hacía la asistencia a un coche, me tocó aguantar algunos comentarios desagradables.

—Ahora, que la ven compitiendo y ganando, supongo que habrá gente que se sorprenda.
—Sí, la verdad que sí. Les gusta ver a una mujer. Me aplauden, quieren hacerse fotos conmigo, me dicen: «vivan las mujeres» y cosas así.

—¿Está cambiando el mundo del automovilismo?
—Sí, cada vez hay más mujeres, pero aún queda mucho por mejorar. Por ejemplo, en esta última carrera había trofeo de féminas, éramos tres chicas, y no tenía premio en metálico, mientras que la categoría júnior, que sólo corría uno, sí tenía. O todos o ninguno, pero no puede haber diferencias.

—¿Cómo surge esta afición por los coches? ¿Cuándo decide que quiere ser piloto?
—Surge de mi padre que era piloto. Desde pequeñita estaba con él viendo las carreras. A mí me invitaron a hacer un test con un CM, el tipo de coche con el que corro, y me encantó. Me dije, quiero probarlo en una carrera y me estrené en la Pujada sa Cala del 2017.

—Cuando se sube en el coche, ¿qué siente?
—Va por momentos. Primero estoy muy tranquila. Cuando arranco el motor empiezan los nervios hasta que llego a la salida, que es como si lo hubiese hecho toda la vida. Me tranquilizo, memorizo la carretera y hasta la meta lo más rápido posible.

—Ibiza no parece el lugar más apropiado para preparar el rally de montaña. ¿Nota ese hándicap en las pruebas?
—Claro, me falta confianza. No puedo entrenar. Desde Estepona, no me subía al coche. Aquí sólo tenemos dos pruebas, así que o salgo fuera o nada. Compito contra gente que todas las semanas coge el coche o tiene un simulador. Ellos hacen curvas en sexta que yo aún dudo y bajo a quinta. Creo que estoy haciendo buenos resultados para lo poco que llevo compitiendo, sólo tres carreras.

—¿Qué objetivos de futuro tiene?
—Bueno, lo primero es completar el Campeonato de España y hacerlo lo mejor posible, en junio voy a Tenerife. Ahora, mi trabajo me lo permite, en el futuro quizás no sea tan fácil, pero me gustaría seguir porque estoy viendo que puedo, no soy tan torpe para no entrenar. Me gustaría poder hacer un Europeo, pero primero hay que seguir sumando kilómetros.