Los jugadores del Cacereño celebran uno de los goles marcados en el último partido de liga. | CP Cacereño

Un equipo con 100 años de historia. Un proyecto hecho para ascender. Una plantilla con jugadores con una amplia experiencia en Segunda B, e incluso en Segunda División. El sorteo no ha sido benévolo con el Formentera. El Cacereño visitará Sant Francesc el domingo (17.00 horas) en el partido de ida de la primera eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda División B.

2019 es el año del centenario del club extremeño y por eso mismo la apuesta era fuerte: coronar la efemérides con un ascenso. La entidad quiere regresar al fútbol de bronce tres años después del descenso y tras dos fases de ascenso falladas.

El proyecto, muy ambicioso, reunió a un buen puñado de jugadores de gran nivel, aunque casi ninguno de la casa. Todo empezó viento en popa. El Cacereño cerró la primera vuelta como líder del grupo XIV de Tercera División, eso sí, siempre con el Mérida siguiendo su estela.

Fue entonces cuando el proyecto comenzó a hacer aguas. Llegaron los problemas económicos y los resultados del equipo cayeron. La plantilla estuvo tres meses sin cobrar y hubo un cambio de directiva para intentar estabilizar la situación que era prácticamente de caída libre.

El Cacereño cerró el curso liguero con problemas, peleando por la segunda plaza hasta el final con el Moralo. De los último seis partidos ha ganado la mitad, y no lo hace fuera de casa desde el 17 de marzo. En cifras, los extremeños acabaron con 80 puntos (24 victorias, ocho empates y seis derrotas), 71 goles a favor y 26 en contra.

Pese a todo, la hora de la verdad comienza ahora y, en su plantilla, los extremeños suman más de 45 fases de ascenso, muchas a Segunda. La entidad del rival es importante.
La principal fortaleza que tiene este equipo es su fondo de armario. Cuenta con un buen grupo de jugadores que apenas nota los cambios en el once. Es muy raro que el técnico Adolfo Muñoz repita alineación. Lo que rara vez cambia es el sistema. El Cacereño apuesta siempre por el 4-4-2.

En cuanto a los nombres, el jugador más destacado de este grupo es Álex García Collantes. Se trata del pichichi del equipo con 11 dianas. Es un futbolista con una amplia trayectoria, con más de 120 partidos en Segunda División, categoría en la que defendió las camisetas del Guadalajara, el Mirandés y el Tenerife. Collantes volvió al once en la pasada jornada después de estar fuera de los terrenos de juego durante un mes y medio.

La mayor preocupación que tienen en Cáceres es la ausencia de Rodri en el partido de ida. El centrocampista es el auténtico cerebro del equipo, un jugador con un físico imponente y calidad para hacer mover el equipo. No estará en Formentera por sanción.

En tierras extremeñas se habla de que el Cacereño es un club sin suerte, un equipo maldito que no tiene ángel. Pese a ser capital de provincia, siempre ha vivido a la sombra de los éxitos de equipos de ciudades más pequeñas como el Extremadura o el Mérida, que llegaron incluso a Primera División en los años 90. El desencanto de la afición hace que, pese a tener un estadio con capacidad para 7.000 espectadores, al campo sólo acudan unas 800 personas cuando la ciudad tiene una población superior a los 95.000 habitantes.