Las ibicencas Raquel Bejarano y Ana Ferrer, después de enfrentarse en el partido entre el Canyamelar Valencia y el Alcobendas en mayo de 2015.

Raquel Bejarano jugará, salvo giro inesperado de última hora, en el Puchi la próxima temporada. La ibicenca llega procedente del Morvedre, de la División de Honor femenina y se sumará a una plantilla que pretende ‘ibicencarse’ lo máximo posible. De hecho, las últimas informaciones indican que las foráneas del curso pasado no tendrán continuidad para reducir el presupuesto. Eso sí, existe interés en que continúe la portera Andrea Montero (Madrid, 16-04-1999), exjugadora del Base Villaverde que fichó el verano pasado por la entidad azul.

Bejarano fue internacional en las categorías inferiores de la selección española y se formó en la cantera del Puchi, con el que llegó incluso a jugar un año en División de Honor Plata. En mayo del año 2015, el Canyamelar Valencia echó sus redes sobre ella y la contrató para debutar en la máxima categoría nacional, donde permaneció dos temporadas y llegó a enfrentarse a su paisana Ana Ferrer, que por entonces militaba en el Alcobendas.

En el curso 2017-18, y tras haber marcado 31 goles en 26 partidos el ejercicio anterior, se enroló en las filas del Morvedre, de División de Plata. Transformó 33 dianas en 26 jornadas. La campaña pasada siguió en el Morvedre, ya en División de Honor femenina, y materializó 24 goles en otros tantos partidos.

Ahora, con el club de Sagunto de nuevo en Plata, Bejarano ha decidido aceptar la propuesta del Puchi. De esta forma, regresa a casa tras cuatro años en el exilio.

Por otra parte, la entidad azul sigue sin revelar quién será el entrenador del equipo la próxima temporada. El club estuvo en su día tanteando la opción de traer un técnico de fuera de las Pitiusas o incluso apostar por uno de la isla. Sin embargo, ahora cabe la posibilidad de que Patricia Boned, miembro de la directiva del club y exjugadora, se una al cuerpo técnico.