Ricardo Ten charla con los estudiantes del IES Sa Serra durante el encuentro celebrado ayer. | MARCELO SASTRE

«Si nosotros somos capaces de hacer todo esto, vosotros sois capaces de hacer mucho más». Son palabras de Ricardo Ten y fue el mensaje que se llevaron ayer los alumnos del IES Sa Serra. Los estudiantes de este centro y los más pequeños del CEIP Sant Antoni recibieron ayer la visita de los ciclistas paralímpicos que participarán en la Vuelta Cicloturista a Ibiza Campagnolo 2019.

Los ciclista se dividieron en dos grupos Xavier Caballol, Juanjo Méndez, ganador de tres medallas olímpicas, y Claudia Grau fueron al CEIP Sant Antoni, mientras que Ricardo Ten, Maurice Eckhard, Rosana Codesal y Esther Villaret estuvieron con los más mayores.
Con ésos últimos, el que abrió el telón fue Ricardo Ten, el hombre con el palmarés más impresionante. Ten, como contó a los alumnos, perdió sus dos brazos y una pierna cuando tenía ocho años cuando se electrocutó en un accidente. «Fue muy difícil para mi familia, pero ellos me trataron como uno más, me obligaban a poner la mesa, hacer la cama... eso fue lo que me hizo querer valerme por mí mismo. Me enseñaron a pelear por lo que uno quiere y a nunca rendirse», recordó.

Ten empezó en el mundo de la natación donde consiguió unos éxitos espectaculares, participó en cinco Juegos Olímpicos, siendo campeón en tres de ellos, tiene 13 títulos europeos y siete mundiales, rompió varios récords del mundo y suma en total más de 100 medallas. Hace dos años se cambió al ciclismo «me había estancado en la natación, donde era ya una obsesión y quería volver a disfrutar del deporte», explicó. Con las dos ruedas ya ha empezado a cosechar éxitos. Sin ir más lejos, esta temporada se ha proclamado campeón del mundo en pista y en ruta de su categoría, C1.

Durante su intervención, el ciclista tuvo palabras de agradecimiento para la Vuelta Cicloturista a Ibiza y no dudó en calificarla como «la más inclusiva de España».

Trabajo en equipo
Ten dio paso a Rosana Codesal y a Esther Villaret que mostraron su bicicleta tándem, que llamaba la atención. Codesal sufre una enfermedad visual. «Veo algo, peor poquito, por eso necesito que Esther sea mi piloto», señala la ciclista.

Ambas hablaron de la complejidad de su disciplina y de lo clave que es la confianza de Rosana en Esther, ya que depende completamente de ella a la hora de llevar la bicicleta.
En cuanto a su historia, Codesal compartió con los alumnos su infancia y reconoció que sufrió bullying por ser diferente. Su historia con el deporte comenzó con el baloncesto, luego pasó al tenis, aunque explicó con guasa que no eran las mejores actividades para una persona con visibilidad reducida. Finalmente llegó la bicicleta donde encontró su pasión.
En un mensaje final afirmó: «Los que se sientan diferentes, tienen que pensar que eso es lo que les hace únicos».

Por último, fue el turno para Maurice Eckhard. Una parálisis cerebral de nacimiento no le impidió licenciarse en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y participar en varios Juegos Olímpicos.

Con un sentido del humor que siempre le acompaña, aseguró que su dificultad para hablar no era porque viniese de una discoteca. Contó su historia y lo importante que fue para él el deporte. «Yo tenía un grupo de amigos y, cuando llegó la edad del pavo, de la noche a la mañana, dejé de tenerlos. Igual no querían estar con alguien que era diferente. Me apunté a una peña de ciclismo, conocí el deporte adaptado y fui a unos Juegos Olímpicos».

«Ser diferente es una ventaja, he aprendido mucho más de estos amigos, de personas con discapacidad, que de personas que lo tienen todo», añadió.

Un Eckhard que finalizó con una frase que recoge todo. Al ser cuestionado por uno de los alumnos por lo qué más le gustaba del ciclismo, respondió: «En la bici dejamos todas nuestras discapacidades y somos todos iguales».