Toño Stihl, tras una carrera ciclista en Ibiza.

Un reto de dimensiones sobrehumanas. Toño Stihl estará prácticamente todo este sábado encima de la bicicleta. Desde primera ahora de la mañana, este madrileño afincado en Ibiza se pondrá manos a la obra con una iniciativa durísima que se conoce como el ‘Everesting Challenge’, que no es otra cosa que acumular, en una sola sesión, el desnivel positivo del Everest: 8.848 metros, en este caso serán 37 subidas a la Cala de Sant Vicent.

El objetivo de este habitual de las pruebas que se celebran en las Pitiusas va más allá de la superación personal. Tiene una vertiente muy solidaria como es dar visibilidad a la lucha contra el cáncer, y concretamente ayudar a los niños hospitalizados.

Es una enfermedad que conoce bien, pues él la sufre, pero la está venciendo de la mano de la bicicleta. «En mi familia tuvimos varios problemas de cáncer, y luego lo tuve yo, con metástasis. Empecé a luchar y logré salir de todo esto gracias al deporte», explica.

«Empecé con la bici cuando me diagnosticaron la enfermedad, y fue clave para mí. La bicicleta me ayudó», señala. Tiene claro cuál es su intención con este reto que le llevará entre 18 y 20 horas y en el que recorrerá unos 300 kilómetros: «Quiero que los niños y las personas que tengan algún problema vean que de todo se puede salir con constancia y lucha. Yo he sufrido mucho, pero se puede salir».

Proyecto Juntos
Este reto solidario va de la mano de la ONG ibicenca Proyecto Juntos que trabaja con el cáncer infantil: «El objetivo es recaudar fondos para los niños a través de la página web mi granito de arena y con empresas particulares. Y con ese dinero, comprar juguetes, y todo lo que haga falta, para que los niños que tengan que estar ingresados, lo lleven mejor y les sea más ameno. Intentaré que en Can Misses se puedan decorar bien todas las paredes y tengan juguetes y herramientas, como coches para moverse por el hospital, para, que dentro de lo malo, los niños vayan más contentos».

En cuanto al reto, propiamente dicho, Stihl comenzará a pedalear a las seis de la mañana. «Va a ser muy duro, pero he entrenado bien y lo voy a conseguir», asegura.

A lo largo del día serán muchas las personas que se acerquen a apoyarle, entre ellos estará su entrenador Juanjo Serra, que le ayudará moralmente para que se enfrente 37 veces a la rampa de cuatro kilómetros y 400 metros. «Realmente, la altura del Everest se consigue con 36 veces y media, pero tampoco me voy a quedar a mitad de la subida, así que ya que estamos haré las 37», aventura.