Alfaro, a la izquierda, se despide del entrenador del Atlético de Madrid B tras el partido del pasado domingo. | MARCELO SASTRE

Pablo Alfaro ha detectado algunas lagunas en los extremos. El entrenador de la UD Ibiza es consciente de que la aportación de los que actúan en estas posiciones debe ser mayor para aumentar las opciones goleadoras de los suyos.
«Probablemente, sí que buscamos más de lo que estamos encontrando ahora mismo por ahí. A la gente de fuera –en referencia a los extremos– le tenemos que pedir más participación, más llegada y más presencia en el área. Todo lo que puedas producir y cocinar participando, luego necesita tener el premio final y ése premio es el gol», indicó el técnico celeste ayer en la sala de prensa del estadio de Can Misses.
Tras esta racha de tres partidos seguidos sin ganar, con dos derrotas y un empate como balance, el míster avanzó que ha llegado a preguntar a los jugadores si consideran necesario algún cambio táctico. También apuntó que no hay ninguna revolución a la vista: «La opción de realizar algún cambio, variante o matiz se tiene siempre porque todos los partidos lo requieren. Esta pregunta se la he hecho yo a los jugadores y están por la labor de seguir como estamos funcionando, porque creen en ellos y se sienten fuertes. El equipo no da síntomas de tener que revolucionar nada. No tenemos que cambiar porque es el arma más correcta para el tipo de plantilla que tenemos y porque ellos también están convencidos de ello. Escucharlos viene bien porque te da mucha información».

Duelo con Raúl González
En el partido de mañana contra el Real Madrid Castilla, Alfaro se cruzará con Raúl González, si bien esta vez con ambos protagonistas como entrenadores. Para la leyenda blanca sólo tuvo palabras de elogio: «Ha sido un crack mundial. Es un hombre al que he admirado como futbolista. Nos hemos enfrentado muchas veces. Hay momentos en que me ha ganado él y otros en que he ganado yo. Hace ya muchos años. Yo tengo el pelo más blanco porque soy mayor que él. Ahora, nos encontramos en el banquillo. Le deseo lo mejor, pero no el domingo, porque quiero los puntos para nosotros. Hemos sido adversarios de batalla muchas veces y también compañeros en otros momentos. Al final, lo que guardas son buenos recuerdos».
En cuanto a si ve que esa fotografía que ya se hicieron en su día como futbolistas y mañana como entrenadores se podría repetir en el futuro en la elite, dijo. «Ojalá, sobre todo porque sería bueno para todos. Sería otra dimensión distinta, pero eso es soñar. De vez en cuando hay que hacerlo porque te llena de energía, pero eso es futuro y Dios sabrá si se podrá dar o no».