Higor Rocha disputa un balón aéreo con un defensor del Pontevedra. | Toni P.

Pepe Bernal me decía el lunes en una entrevista que se habían ganado el respeto de los rivales. En mi humilde opinión, se han ganado mucho más. Los equipos no sólo vienen con respeto, vienen con temor a la Peña. Santa Eulària es un feudo difícil de conquistar y todos lo saben. Hasta tal punto es la cosa, que, en las dos últimas jornadas, dos grandes de la categoría como el Rayo Majadahonda y el Pontevedra vinieron a no perder. Dos equipos diseñados para ascender salieron a jugar contra la Peña con el miedo en el cuerpo. Sabían que si intentaban jugar al fútbol probablemente fuesen a perder. Qué maravilloso es este deporte en el que David puede contra Goliat de vez en cuando.

Hace unas semanas parecía que el fondo de armario del equipo ibicenco era limitado, pero estas últimas jornadas las bajas han obligado a mover el banquillo y lo cierto es que se ha ganado tanto fuera como en casa. Probablemente los teóricos titulares sean mejores, pero lo que es indudable es que juegue quien juegue se lo deja todo en el campo. Eso es lo que hay que pedirle a un futbolista. Podrá ser mejor o peor, pero lo tiene que dar todo. En Santa Eulària lo hacen. Señorías, no hay más secreto.

El partido del domingo probablemente sea el más feo de los que se ha visto esta temporada. Acostumbrados al juego trepidante de la Peña que proporciona alegrías y sustos al espectador, ya que las ocasiones llegan en una y otra área, el duelo contra el Pontevedra tuvo poco de eso.

Los gallegos firmaron el empate desde el minuto cero y decidieron no correr ningún riesgo. Todo sea dicho, la Peña tampoco. En las últimas jornadas están elevando las prestaciones defensivas y puede que a cambio pierdan un poco de alegría en ataque. Al final, quizás lo justo fuese el empate, pero el gol llegó en el descuento y, así, tres puntos más.

La Peña Deportiva es tercera por méritos propios. Los rivales lo saben y la sensación es que, vista la experiencia, pocos equipos serán valientes en Santa Eulària.

Mala imagen

Todo lo contrario a la alegría que dio la Peña al fútbol ibicenco, fue el partido de Vigo. La UD Ibiza firmó uno de los peores encuentros de la temporada. La primera parte fue para olvidar. Así lo hizo saber Pablo Alfaro en rueda de prensa. El aragonés lleva mucho tiempo en esto del fútbol y no puso excusas cuando afirmó que el encuentro serviría «como cura de humildad».

Alfaro hizo tres cambios en el once en relación al partido de Can Misses contra el Getafe B. Núñez volvió a la posición del pivote defensivo en detrimento de Arranz; Sibo entró en el lugar de Javi Pérez, y no aprovechó la oportunidad; y Raí lo hizo en el sitio de Cirio.

En lo futbolístico se echó en falta a un jugador como Javi Pérez, aunque suele ser habitual añorar a los que no están. No hay mucho más que destacar, quizás que Cirio pudo romper su mala racha, pero falló en el mano a mano.

Con la derrota, la UD Ibiza cedió la tercera plaza a la Peña Deportiva. Los celestes necesitan mejorar en el juego para volver a encontrar la continuidad de las primeras jornadas y ganar confianza. La próxima jornada contra el Melilla es un buen momento para pasar página a lo sucedido en Vigo.