Los jugadores del Ushuaïa Ibiza Vóley celebran un punto durante el choque de ayer contra el Melilla. | Marcelo Sastre

El Ushuaïa Ibiza Vóley, con Wallaf como principal argumento ofensivo –anotó 16 puntos para convertirse en el máximo realizador del encuentro–, hizo buenos todos los pronósticos ayer al deshacerse del Melilla con una gran facilidad. El equipo de Piero Molducci no dio lugar a la sorpresa y noqueó al colista de la categoría por la vía rápida para espantar posibles fantasmas y mantenerse metido de lleno en la pelea por las cuatro primeras plazas, así como en la batalla por el acceso a la próxima edición de la Copa del Rey.
En el primer set, los locales no tardaron en distanciarse (5-2), lo que obligó al técnico visitante a pedir tiempo muerto para cambiar el rumbo del partido. Lo consiguió, pero no por mucho tiempo. Tras empatar a nueve, los amarilllos metieron la directa y se escaparon de cinco (17-12) para acabar apuntándose la manga por una máxima diferencia de siete puntos (25-18).

Equilibrio

El segundo juego estuvo mucho más igualado en su comienzo, con constantes alternancias en el marcador. Con 12-14, un parcial 6-2 (18-16) hizo que el Melilla parase el partido para buscar soluciones. No sólo no llegaron, sino que sus problemas crecieron. Y es que los pitiusos se apuntaron el set con su máxima renta, cinco puntos (25-20).

Con todo el pescado vendido, los norteafricanos no plantaron excesiva oposición en la tercera manga del encuentro. De un 9-7 se pasó a un irremontable 19-11 tras el que el cuadro melillense pidió tiempo muerto con más fe que otra cosa. Y es que la victoria estaba ya en la palma de la mano del Ushuaïa Ibiza Vóley, que se gustó tanto en esta recta final que acabó haciéndose con el set por contundente 25-15.