La Peña Deportiva ha tenido en Gijón una mañana para olvidar. Los ibicencos han sufrido una dolorosa derrota en un partido en el estuvieron muy lejos de su nivel. La alta efectividad asturiana y el bajo nivel pitiuso fueron los ingredientes para que el partido no haya tenido color.

Raúl Casañ planteó un partido lleno de cambios. El técnico movió mucho su once, quizás pensando en el duelo copero del jueves o por el hecho de dosificar en una semana de tres encuentros. Lo cierto es que el plan salió mal. En el minuto cuatro llegó el primero de los asturianos. El lateral Guille Rosas le cogió la espalda a Cruz en una jugada muy veloz. El sportinguista no desaprovechó el gran pase de Garci para superar a Seral con un túnel.

En el nueve, pudo llegar el segundo de los locales en otro balón a la espalda de Cruz.

El Sporting B pudo matar el partido con otro balón al espacio a la espalda de Cruz. El lateral recuperó bien y pudo bloquear el disparo de Garci.

En el 19 llegó el primer disparo peñista. En una falta lateral la estrategia buscó a Cruz que la enganchó de volea desde la frontal. Su disparo fue repelido por un defensa a saque de esquina.

Cuando parecía que la Peña iba entrando en el partido llegó el segundo de los asturianos. Mecerreyes llegando desde la segunda línea aprovechó un centro de Garci desde la banda derecha para adelantarse a los centrales y marcar a placer. 2-0 en el minuto 24.

Si ya estaba difícil, se puso imposible tres minutos más tarde. En esta ocasión la superioridad llegó por la banda izquierda. Se asociaron Pablo García y Gaspar-Campos para superar a Mena con un balón al espacio. El lateral la puso al área donde Berto remato libre de marca. 3-0 y la sensación de que iba a ser un día muy largo.

El Sporting B abrió el campo una y otra vez destrozando a la defensa peñista. La superioridad por banda era una sangría que no había manera de parar para desesperación visitante.

En el 38 llegó la mejor de la Peña. Fraile remató al lateral de la red un balón peinado por Abel. Fue de lo muy poquito que ofrecieron los de Santa Eulària en la primera parte. En la que fue casi la jugada posterior llegó el cuarto. Guille combinó con Chiqui por la banda derecha. Recibió dentro del área para marcar con mucha calidad.

Con el pitido del árbitro se llegó al descanso de la tortura que estaba sufriendo la Peña. El 4-0 era doloroso, pero justo. La superioridad por bandas era aplastante. Aún quedaban 45 minutos por delante.

Casañ dio entrada a Pipo y a De Val para buscar una reacción. La Peña salió mejor en la segunda mitad. En el 54 Pipo intentó rematar un balón de Mena en la primera llegada ibicenca de peligro real.

Los de Santa Eulària la tuvieron. Gran disparo de Cruz de la frontal que obligó a intervenir a Benítez. El rechace le cayó a Fraile que la estrelló contra el palo. El nuevo rechace fuera para Fran Núñez que la estrelló contra un defensa.

Cuando mejor estaba la Peña llegó el quinto. Otra vez en transición rápida y otra vez por las bandas. En el 65, Pablo García ganó la espalda de Mena y le puso el balón al área para Chiki marcase en lo que fue un calco del tercer tanto.

Casañ dio entrada a Nacho. El delantero tuvo su primera oportunidad en el 68 con un remate de cabeza a la salida de un córner que se marchó cerca de la escuadra.

El desastre siguió en aumento. En otra contra, llegó el sexto. En el 72, Sandoval condujo con velocidad, se la dejó a Gaspar Campos que le ganó la carrera a Mena y superó a Seral con un toque sutil.

En los últimos minutos, la Peña intentó buscar su gol, pero sin éxito. Apenas hubo ocasiones ante un filial que esperaba ordenador y renunciaba a salir con velocidad. El marcador ya no se movió. El 6-0 es doloroso y toca pasar página.