Amadeo Salvo celebra con los jugadores de la UD Ibiza el ascenso a Tercera División. | DANIEL ESPINOSAÔø?

La trayectoria de la UD Ibiza está siendo meteórica. Hace cinco año, la entidad que preside Amadeo Salvo se vea las caras con el Luchador, el Puig d’en Valls, el Sant Josep o el Inter Ibiza. El próximo miércoles lo hará con el Barça. El panorama futbolístico ibicenco ha cambiado mucho desde que Salvo se puso al frente de este club que había desaparecido.
En lo deportivo, el primer año, sin poder ascender, fue un curso de transición que acabó con un cuarto puesto. La segunda temporada el equipo se reforzó para conseguir el ascenso a Tercera División. No falló y, tras ser campeón ibicenco, la UD Ibiza superó al Sinéu en el playoff de ascenso.

Llegada a Segunda B

El curso en Tercera se presentó como ilusionante y con un claro proyecto para conseguir un nuevo ascenso. La maquinaria celeste estaba lanzada para llegar a lo más alto cuanto antes. El equipo no terminó de funcionar todo lo bien que se esperaba, pero consiguió una tercera plaza que le dio acceso al playoff. Superó al Algeciras y luego hizo lo propio con el Getafe B. El final fue cruel para la afición. En la última ronda, los celestes llegaron a los penaltis. Allí, tuvieron hasta tres lanzamientos para ascender. Los fallaron. La desesperación se superó en verano. Salvo no dejó escapar la oportunidad de comprar la plaza del Lorca y entrar de esta manera en el fútbol de bronce.

Así pues, el pasado curso fue emocionante para un equipo que empezó mal, pero que supo enderezar el rumbo para finalizar sexto y conseguir un billete para la Copa del Rey, una competición que, ahora, le brinda la oportunidad de jugar contra un rival de Champions.