Los aficionados reciben a los autocares de los dos equipos. | DANIEL ESPINOSA

Con color celeste. Así se dibujó la llegada de los dos equipos a Can Misses. Si alguien pasaba por la calle sin saber que partido se iba a jugar, algo difícil dado todo lo que se había montado, probablemente no hubiese sabido que el rival de la UD Ibiza era el todopoderoso Fútbol Club Barcelona.

Con un ambiente espectacular y pasadas las 17.10 horas, apareció el autocar de los celeste. Lo hizo entre el humo azul de las bengalas que las peñas ibicencas tenían preparadas para el recibimiento.

Noticias relacionadas

Los cánticos de «força Eivissa, alé, alé» resonaron con fuerza, mientras los jugadores alucinaban desde el interior del autobús. Los móviles grababan en ambas direcciones. El humo al igual que los aplausos se iba extendiendo entre todo los aficionados que hacían cola desde bien temprano para acceder a Can Misses. También se llevó una gran ovación Amadeo Salvo que apareció en coche junto al vicepresidente de la Real Federación Española de Fútbol y presidente de la Federación Balear Miquel Bestard.

Una vez que los locales ya habían hecho su aparición, gran parte del público desapareció para empezar a engrosar las gradas. Hubo que esperar un poco para que la expedición blaugrana hiciese aparición. Fue a las 17.26 horas y lo hizo bajo gritos de «força Eivissa». Ayer en la isla solo había un equipo.

Los cristales tintados impidieron que se pudiese ver a alguno de los hombres de Quique Setién. Sí consiguieron fotografiarlos y grabarlos los aficionados que se agolparon junto al autocar una vez que este se detuvo para que los futbolistas y el cuerpo técnico accedieran al interior del estadio. Fue el único momento en el que se escucharon algunos gritos favorables al Barça. No fueron muchos. Ayer el color era el azul celeste.