Los jugadores de la UD Ibiza celebran el primer gol. | DANIEL ESPINOSA

Misión cumplida. La UD Ibiza hizo buenos todos los pronósticos y se impuso ayer al colista, el Sanse, por 2-0. Dos obras de arte, una de Cirio y otra de Raí, en cada mitad bastaron para que los unionistas enlazaran su octavo partido liguero sin perder de manera consecutiva y sumaran los tres puntos en un estadio de Can Misses que rozó los 3.000 espectadores.

El regreso a la realidad no se presumía fácil y no lo fue. La motivación de jugar contra el Barça no estaba esta vez sobre el césped y la velocidad en la presión a la hora de defender no fue la misma que la del miércoles. Era lógico, entre otros motivos, por el hecho de que los madrileños, al contrario que los azulgrana, no iban a tener la pelota en su poder. Eso estaba claro.

Pablo Alfaro anunció cambios de cara al choque, entre otras cosas porque el apartado físico podía pasar factura. Hasta seis novedades hubo con respecto al choque copero en la alineación titular. Se cayeron Germán, Kike López (sancionado), Mariano, Núñez, Caballé y Rodado, que dejaron su sitio a Lucas, Rubén, Quintanilla, Arranz, Cirio y Mendoza.

Los primeros minutos transcurrieron con más pena que gloria. La lentitud en la circulación y los problemas para encontrar espacios se dejaban notar. De hecho, no fue hasta el primer cuarto de hora cuando se produjo el primer remate, un cabezazo inofensivo que ejecutó Gonzalo como pudo y que acabó mansamente en las manos del portero.

De los visitantes no había noticias en ataque. Un centro peligroso que abortó Quintanilla con la cabeza fue lo más destacable hasta el ecuador de la primera parte. A partir de entonces, la intensidad creció lo suficiente como para ver algo más de acción.

El primero en avisar fue Javi Pérez con un disparo escorado que se marchó fuera en el minuto 24. Acto seguido, susto en el área celeste. Lucas, con apuros, sacó la pelota tras adelantarse al delantero en una acción que generó el runrún de la grada.

El partido estaba algo trabado y parecía que sólo una genialidad o una acción a balón parado podía desnivelar la balanza. Cirio tuvo en sus botas el tanto cuando, Javi Lara, el más listo de la clase, sacó una falta rápida para dejarle solo contra el portero, pero lanzó demasiado cruzado. No perdonó en la siguiente que tuvo, que se produjo en el minuto 40. El delantero, tras un centro de Raí, recibió la pelota en la frontal del área y la enganchó de volea para mandarla al fondo de la red. Gol, no; golazo.

Tras el descanso, la UD Ibiza se sintió más cómoda con el marcador a favor ante un Sanse que no ofrecía síntomas de reacción. Un disparo de Fer Ruiz alto y una internada de Pablo Aguilera abortada por Quintanilla, inconmensurable durante todo el duelo, fueron todo su bagaje.

Las ocasiones de gol brillaron por su ausencia en una segunda mitad en la que, eso sí, los celestes marcaron otro golazo. En un saque de esquina, el rechace le llegó Raíz, que mandó un misil teledirigido a la escuadra. El brasileño bailó junto a su banquillo para festejarlo. La fiesta celeste se prolongaba.

Con todo decidido, Alfaro aprovechó la ocasión para brindarle sus primeros minutos a Borja Martínez. El extremo cedido por el Hércules sustituyó a Javi Pérez en el 83. Su presencia, eso sí, fue testimonial, pues no se le pudo ver apenas en la recta final de un choque que le sirvió a la UD Ibiza para sumar tres nuevos puntos y continuar peleando por el liderato.