Nassini, del equipo ibicenco, se prepara para ejecutar un remate.

Si hay partidos que crean afición, el de ayer entre el Ushuaïa Ibiza Voley y el Emevé Lugo es uno de ellos. El equipo ibicenco superó los cuartos de final de la Copa del Rey tras tumbar a los lucense por 2-3 en un partido épico y repleto de suspense.

En un encuentro loco, donde sucedió de todo, el conjunto de Aitor Barreros se adjudicó el pase a semifinales, en las que hoy se verá las caras contra el Unicaja Almería a las 17.30 horas. Y lo hizo sin dos de sus principales figuras: Wallaf y José Sugrañes, que no superaron sus molestias físicas a tiempo y se quedaron sin participar. Está por ver si hoy tienen una alguna oportunidad de hacerlo contra los ahorradores, defensores del título y actuales líderes de la Superliga masculina.

En el primer set, los amarillos fueron prácticamente todo el set por delante. Con Raúl Muñoz como arma más desequilibrante, los ibicencos alcanzaron una máxima ventaja de tres puntos (8-11).

Pese a todo, los gallegos no querían dar su brazo a torcer y fueron reduciendo distancias hasta el punto de voltear el marcador con el 16-15. No les duró mucho alegría, pues un parcial 0-3 volvió a poner las cosas en su sitio (16-18). El equilibrio regresó cuando esta primera manga agonizaba (22-22 y 23-23). Finalmente, un saque a la red de Felipe y un bloqueo de Raúl Muñoz sobre Bouza dieron el primer juego a los pitiusos por 23-25.

El segundo set poco tuvo que ver con este. Comenzó con la mala noticia: la grave lesión de Luis Martín. El jugador del conjunto lucense tuvo que ser atendido por el personal sanitario de Son Moix.

Sus compañeros no se vinieron abajo, sino todo lo contrario. Pronto tomaron dos puntos de renta y obligaron a pedir tiempo muerto a Aitor Barreros con 10-6 en el marcador. La máxima diferencia llegó a alcanzar los siete puntos (19-12).

Parecía que todo estaba perdido, pero el cuadro que actuaba como local sufrió un cortocircuito y vio cómo el Ushuaïa Ibiza Vóley se situaba a tiro (21-20). Con 23-22, Borges sustituyó a Yassine para ejecutar el saque. La idea no funcionó como se deseaba, pues lanzó directamente fuera. Los ibicencos ganaron el punto posterior, pero Bouza, tras la recepción, remató el 25-23 para poner el 1-1 en el tanteador global.

Ver para creer

En la tercera manga, todo parecía coser y cantar para los pitiusos, que llegaron a gozar de ocho puntos de ventaja (9-17). Pasó entonces algo que nadie podía imaginar: la remontada. Ni siquiera con 13-20 se podía pensar en un cambio de guion. Pues sucedió. Con un parcial 12-2, el Emevé firmó la gesta. Increíble, pero cierto.

El cuarto set comenzó con otro problema añadido para el Emevé: la lesión del colocador Felipe con 1-3. La manga siguió los mismos derroteros del inicio de la anterior, con un Ushuaïa Ibiza superior y que fue poniendo tierra de por medio.

Con 6-12, Felipe regresó a la pista tras superar sus molestias en el tobillo. Los ibicencos se marcharon de nuevo de ocho puntos (9-17). Esta vez sí supieron manejar su renta pese al susto que supuso el 13-17, que despertó los fantasmas del juego anterior. Al final, el 15-25 forzó un tie-break en el que no faltó la emoción.

Los visitantes se pusieron pronto dos puntos por delante (0-2), pero los gallegos remontaron (6-5). El 11-9, tras una doble defensa espectacular a Raúl Muñoz, hacía prever lo peor. Del 12-10 se pasó a un 12-14. Al final, tras cuatro bolas de partido, Ewert, el máximo anotador del choque con 20 puntos, certificó el triunfo para que los suyos pasaran del sufrimiento al éxtasis en un abrir y cerrar de ojos.