Carolina Marín, durante el único encuentro que jugó en las filas del CB Pitiús. | Alberto Domínguez Hernández

Desde que en verano de 2018 Carolina Marín anunciase su fichaje por el Pitiús, el bádminton y el deporte ibicenco están esperando su estreno en la isla. Un debut que se truncó el año pasado cuando sufrió una grave lesión de rodilla que la alejó de las pistas durante varios meses. Estaba programado que en febrero de 2019 la onubense jugase en Blanca Dona, pero una rotura de ligamentos cruzados lo impidió. Ahora, un año después, ya hay fecha. Carolina Marín estará en Ibiza este domingo para medirse al Rinconada en un partido que se jugará en es Pratet a partir de las 10.30 horas con entrada gratuita.

La considerada mejor volantista de la historia llegará a la isla después de que las opciones de España en el Campeonato de Europa por equipos se esfumaran ayer. Marín ganó todos sus partidos, pero el equipo nacional cayó contra Suecia, y pese a ganar a Noruega, el buen hacer de las suecas y la derrota contra Escocia impidió que las españolas pudiesen progresar.

El del domingo será el debut de la onubense en la isla, pero no el primero con la elástica del Pitiús. Marín debutó la temporada pasada en el encuentro disputado en su Huelva natal contra el IES La Orden.

Carolina Marín, de 26 años, tiene en su historial tres títulos mundiales (2014, 2015 y 2018), un oro olímpico (Pekín’16), cuatro Campeonatos de Europa individuales (2014, 2016, 2017 y 2018) y dos medallas de bronce continentales por equipos, además de diferentes victorias en los torneos internacionales más importantes del mundo.

Oportunidad única

El delegado insular de bádminton, entrenador y jugador del Pitiús, Vicent Martínez, se mostró eufórico por el hecho de que Marín vaya a jugar en la isla: «Para cualquier aficionado al deporte que venga una persona de la talla de Carolina Marín, que ha roto barreras y ha hecho que todo el mundo conozca un deporte que antes era minoritario... Creo que es un acontecimiento que debería tener un impacto grande».

«Aunque Carolina ya ha estado varias veces en la isla, cada vez su palmarés es mayor. Espero que el aficionado ibicenco sepa reconocerlo porque es una oportunidad única», añadió.

Además, alabó a la deportista: «Carol es un ejemplo de sacrificio y superación. Es un gran espejo para la estructura deportiva del Bádminton Ibiza que intenta transmitir, entre otros, esos valores. Es, y será durante muchos años, una idólo mundial. El hecho de que quiera formar parte de la familia del bádminton ibicenco nos llena de orgullo. Podría estar en cualquier club y en cualquer liga del mundo, pero quiere formar parte del Pitiús. Esto nos hace pensar que algo estamos haciendo bien y soñamos con que algún ibicenco pueda seguir sus pasos algún día.