Una acción del partido de ayer entre el Melilla y el Ushuaïa Ibiza Vóley.

El Ushuaïa Ibiza Voley hizo buenos todos los pronósticos y se impuso por 0-3 al Melilla, un equipo desahuciado que la temporada que viene tendrá que jugar en una categoría inferior. Los ibicencos, a pesar de la baja por lesión de un jugador fundamental como Raúl Muñoz, no dieron lugar a la sorpresa e impusieron su mayor calidad en cada uno de los sets para ganar por la vía rápida.


En la primera manga, los pupilos de Aitor Barreros ni siquiera llegaron a ir por debajo en el marcador. Eso sí, no logró escaparse hasta el 9-12, que obligó al técnico local a pedir el primer tiempo muerto del partido. No sirvió de nada. No en vano, los amarillos continuaron torpedeando a su rival hasta acabar ganando por su máxima ventaja: ocho puntos (17-25).


Los norteafricanos no arrojaron la toalla. A pesar de la diferencia de nivel y clasificatoria, tiraron de orgullo y casta para poner en jaque a los ibicencos. De hecho, estos no se pusieron por delante en el tanteador hasta el 16-17. Con todo, los locales remontaron (20-19) y eso hizo que el Ushuaïa Ibiza Vóley le viera las orejas al lobo, por lo que el conjunto pitiuso decidió parar el partido.


La charla le vino bien a los visitantes. Endosaron un parcial 0-3 (20-22) que les acabó dando alas para hacerse con el segundo juego por 22-25.


El tercer set fue muy similar al primero. Los pupilos de Aitor Barreros llevaron la batuta desde el principio y nunca se vieron por debajo en el marcador. Los melillenses presentaron batalla hasta el 10-11. Un arreón del conjunto ibicenco supuso una brecha de cinco puntos (11-16) que los norteafricanos trataron de cortar con un tiempo muerto.


La tímida reacción local (13-16) no puso nervioso al cuadro pitiuso, que paulatinamente fue ampliando su renta hasta ganar, una vez más, por su máxima renta: siete puntos en esta ocasión (18-25).