Javi Lara intenta driblar a Núñez en un entrenamiento de la UD Ibiza de esta semana.

El futuro empieza hoy. Las aspiraciones de la UD Ibiza se definen en las dos próximas semanas, comenzando con el partido de las 12.00 horas contra el Atlético Baleares a domicilio. Primero contra segundo. Partidazo. En juego, algo más que tres puntos y no por tratarse de un derbi autonómico, sino por el hecho de que ahora mismo hay cinco puntos de diferencia entre ambos. Si los celestes quieren mantener vivo el sueño de luchar por la Liga, deben ganar sí o sí. O, al menos, no perder. Además, dentro de dos jornadas se verán las caras con el tercero, el Atlético de Madrid B, por lo que se atisban dos semanas clave para ver a qué posición aspira en este último cuarto de temporada.


Hoy se miden el mejor local y el segundo mejor visitante. Los números dicen que será el partido más complicado del año para los de Pablo Alfaro. Los balearicos acumulan ya 34 encuentros consecutivos, casi una temporada y media, sin doblar la rodilla en casa. Los unionistas, que en la grada tendrán el apoyo de más de 300 aficionados, tratarán de cortar esa racha para optar a la primera plaza y, de paso, inyectarse una dosis de moral de cara a esta recta final de curso.


Alfaro es consciente de todo esto, pero también quiso llamar a la calma: «Hay tres puntos en juego, pero al estar los dos bien situados, ellos mejor, tiene la cosa de que nos podemos acercar, que se quede igual o que se pueda ampliar [esta distancia]. No hay que olvidar que después de que el árbitro pite el final, quedarán 30 puntos más».


El técnico del equipo ibicenco no ocultó que ir a un campo tan complicado infunde mucho respeto, pero también es un reto que ilusiona. En esa línea, aseguró que saldrían a por los tres puntos.


Alfaro se imagina un partido entre dos equipos con dos estilos muy diferentes, pero «muy igualado». Explicó que espera un encuentro similar al de la primera vuelta en el que una acción puntual decidió el choque en favor de los mallorquines. «Somos dos equipos que interpretamos el fútbol de dos formas diferente. Es lo bonito de este deporte, que no hay sólo una forma de llegar al éxito», manifestó.


Por último, aseguró de que el Atlético Baleares tiene punto débiles: «Pocos, pero los tiene y vamos a incidir en ellos».


Para este choque, el técnico aragonés tiene a todos sus hombres disponibles, a excepción de Morillas, que se pierde lo que resta de curso, y se esperan numerosos cambios en relación al encuentro de la semana pasada disputado en Boadilla del Monte.


Manix Mandiola, técnico del Atlético Baleares, también considera «importante» el partido de hoy. «En caso de perder, los metemos en la pelea y, en caso de ganar, tendríamos un plus y una ventaja considerable sobre ellos. No va a ser decisivo, pero un poco también sí, porque si ganas es señal de que estás bien. No son sólo los puntos, sino también las sensaciones», dijo el míster blanquiazul, que no podrá contar con Óscar Gil, Dejan Lekic ni Jordan Holsgrove.


La rivalidad regional, la situación clasificatoria de ambos contendientes o el triunfo balearico en la primera vuelta no eleva el voltaje de la cita de este domingo para Mandiola. «No creo que sea un partido más caliente que el resto o, al menos, yo no lo siento así, y creo que los jugadores tampoco. Ni hemos hablado del Ibiza. Sabemos quiénes somos y sabemos quiénes son. Si alguien quiere sacar las cosas de contexto, es su problema», reflexionó el entrenador balearico.