Ana Boned, con el balón en su poder, se retira del balonmano, según anunció el Puchi. | Marcelo Sastre

Una triste noticia llega al mundo del deporte pitiuso. El HC Puig d’en Valls no jugará, salvo giro radical y sorprendente, en División de Plata femenina la próxima temporada. La Real Federación Española de Balonmano (Rfebm) todavía no ha hecho pública la distribución de equipos en dicha categoría, pero lo cierto es que el club ya ha enviado a su círculo una carta, a la que ha tenido acceso Periódico de Ibiza y Formentera, en la que informa de su renuncia a la categoría.

El conjunto ibicenco ha venido jugando los últimos años en el grupo C de la segunda división nacional femenina, salvo una temporada en la que tuvo el honor de actuar en la máxima categoría, la denominada Liga Guerreras. Ahora, y salvo giro de los acontecimientos, la alternativa a la desaparición del equipo sénior es la de jugar en Liga Balear, algo que se tiene en cuenta.

Los motivos que han llevado al club a renunciar a la División de Plata femenina son de índole tanto económica, según informa en su misiva, como deportiva. Sin ir más lejos, esta temporada, que se dio por finalizada por la pandemia de la COVID-19, permaneció bastantes jornadas en la zona de descenso, ocupando incluso la última posición. Finalmente, terminó undécimo de 14 equipos con un total de 14 puntos, dos más que el penúltimo clasificado.

«El HC Puig d’en Valls quiere anunciar a sus socios, colaboradores, jugadores y simpatizantes que la próxima temporada no jugará en División de Plata femenina», comienza la misiva. Acto seguido, argumenta que «ante la delicada situación causada por la crisis del coronavirus, algunos de nuestros patrocinadores han tenido que cerrar puertas y otros viven una situación de incertidumbre». Poco después, asegura que «el club ha tenido que llegar a esta decisión al no poder crear un equipo adecuado para la categoría y poder afrontar la larga temporada». «Tras esta crisis sanitaria, se han buscado efectivos en la isla y, a pesar de muchos regresos al club por parte de jugadores que estaban fuera estudiando, también ha habido bajas importantes como la de Ana Boned, que se retira del balonmano, por lo que no había suficientes jugadoras para afrontar la temporada con garantías», prosigue el escrito.

Para el recuerdo quedan ya las campañas 2016-17 y 2017-18. En la primera, el cuadro dirigido entonces por Noel Cardona, que contaba con un grueso de jugadores ibicencas y varias foráneas, consiguió el título de campeón. Para ello, acabó en primera posición en la fase de ascenso que acogió el pabellón de Santa Eulària, completamente abarrotado para aquel evento histórico.

El curso posterior, de nuevo bajo las órdenes de Noel Cardona y con varios fichajes de fuera de Ibiza que brillaron con luz propia como, por ejemplo, Carmen Campos, Ana González y Dani Piedade, el Puchi ofreció un gran rendimiento en su debut en la Liga Guerreras. El conjunto ibicenco, con el único objetivo de la permanencia, finalizó en la décima posición de 14 participantes. En la recta final del curso, concretamente en la penúltima jornada, fue capaz incluso de superar al potente Rocasa Gran Canaria, campeón de la Supercopa de España y finalista de la Challenge europea. Aquel encuentro supuso el último del técnico Noel Cardona y la emblemática Ana Ferrer, que no pudieron viajar al último choque en Málaga por motivos laborales y pusieron fin a su inolvidable etapa en el Puchi.

En este ejercicio 2019-20, las cosas no fueron precisamente bien. De hecho, acabó produciéndose un cambio en el banquillo y Santi Maíllo sustituyó a Sergio Sevilla. Las santaeularienses, finalmente, abandonaron la zona roja y el parón certificó su permanencia a falta de tres jornadas.