Javi Lara es uno de los principales referentes del equipo celeste. Pone la clase dentro del campo y la sinceridad en cada entrevista.

Javier Lara Grande (Córdoba, 04-12-1985) quiere añadir a su currículum un ascenso a Segunda. El centrocampista de la UD Ibiza confía en las opciones de su equipo hasta el punto de afirmar que ve al equipo celeste en la categoría de plata.

—¿Van creciendo los nervios conforme se acerca la cita?
—Bueno, yo creo que han pasado muchas cosas hasta que nos hemos visto aquí y, ahora, estamos deseando que empiece todo. Cuando empiece el partido, se quitarán todos los miedos y pensamientos que puedan haber.

—¿Se sienten más presionados que el resto por esa casi obligación de subir?
—No. Yo creo que, cuando llegas a un playoff, las caretas están fuera. Los 16 equipos tienen sus opciones. Ten en cuenta que, a partido único, cualquier cosa puede pasar. Tenemos las mismas opciones que los demás.

—¿Se han parado a pensar lo que supondría el ascenso de la UD Ibiza?
—Sí, por supuesto. Sería un impacto brutal. Para la isla, en general, sería muy positivo que se hablara mucho más de fútbol. Además, los jugadores somos conscientes de que nos cambiaría la vida.

—¿Ve a la UD Ibiza en Segunda la próxima temporada?
—Sí. Está claro que fue una de las cosas por las que vine. Si pensara que no tenemos opciones de subir, no habría venido. La verdad es que, desde primera hora, era un proyecto bastante ambicioso, con gente de fútbol que va de frente y, de momento, todo lo que me dijeron lo han cumplido.

—Cornellà, primera final. ¿Quién es el favorito?
—Bueno, yo creo que está al 50 por ciento para los dos equipos. Ellos llevan tres años seguidos jugando el playoff y eso les hace ser un equipo fiable. Nosotros vamos con toda la ilusión del mundo. Igual no tenemos la historia o el nombre de otros clubes, pero sí un trabajo de todo el año bastante fiable. Hemos dado la cara en todo momento. En los momentos importantes, el equipo siempre ha demostrado que puede estar entre los mejores.

—¿Qué les ha comentado Pep Caballé sobre su exequipo?
—Es evidente que él ha jugado ahí bastantes años, pero la Segunda B es una categoría en la que todos los años hay muchos cambios de jugadores. Más o menos nos ha dicho lo que ya sabemos. Es un equipo compacto, muy fuerte a balón parado y compite bien. Por supuesto, si está ahí es por méritos propios y porque cree en lo que hace.

—¿Cuál puede ser la clave en una final tan atípica como esta tras tanto tiempo sin competir y con todos los condicionantes que hay alrededor?
—Yo creo que no perder nunca la concentración. Son 90 minutos en un campo neutral y cualquier detalle puede hacer que vayas mejor o peor. A lo mejor te marcan y hay que saber reponerse. Hay que hacer todo lo que dependa de ti. En el fútbol, todo no lo puedes controlar. Puedes tener algún error o puede haber algún acierto del rival. Hay que saber reponerse y ser fuerte mentalmente.

—¿El parón a ustedes les ha perjudicado o beneficiado?
—A ver, está claro que, ahora mismo, es hablar por hablar, pero la sensación que tenía el equipo era de que estaba dispuesto a pelear por lo máximo, que era el primer lugar. Cuando se para la competición, se hace tras un 0-2 en el campo del líder y ganándole el golaveraje. La sensación que te queda es que estabas en una posición ideal para asaltar el liderato, teniendo en cuenta también que tenemos una plantilla amplia y habíamos rotado bastante para llegar a la última jornada bien físicamente. Luego, hemos trabajado bien, siendo responsables y respaldados por un club que ha respetado los salarios. Todos somos unos privilegiados por ello y eso se tiene que notar.

—¿Sienten entonces que por la crisis del coronavirus se ha perdido la oportunidad de acabar primeros?
—Nunca se sabe, pero la sensación era esa. Teníamos partido en casa y el líder, dos fuera. Ellos tenían más sanciones y lesiones que nosotros. Pero es hablar por hablar y perder energía. Lo único que vale es que estamos aquí. Es una batalla que parecía que nunca llegaría y, por suerte, se puede jugar este playoff.

—En septiembre, en otra entrevista a este periódico, señaló que ha jugado varios playoff a Segunda y nunca ha subido. ¿Es la hora?
—Con toda esa ilusión vamos. A lo mejor en otros playoff no he tenido las mismas sensaciones que ahora, que veo que estamos preparados para todo.

—Para un jugador con su trayectoria, ¿qué supone un ascenso de Segunda B a Segunda?
—Pues siempre he dicho que es lo que me falta. Aparte, ya se sabe que vengo de unos años de sufrir mucho. El fútbol a veces te quita o te da, y toca que me dé lo que me ha quitado estos últimos años. Por lo menos, me ha devuelto mucha felicidad. A ver si se puede culminar con la guinda del pastel.

—¿Un ascenso lo pondría a la altura de su primer gol en Primera o me he venido arriba y eso son palabras mayores?
—Por supuesto que lo pondría a la altura. Está claro. El fútbol, al final, es presente. Dar un cambio al fútbol profesional para Ibiza supondría muchísimo y, a nivel personal, verte otra vez en la categoría de plata sería acercar con la apuesta que hice.

—¿Qué opinión le merece la progresión de aficionados desde comienzos de temporada hasta ahora?
—Muy positiva. No tenemos ninguna queja de la afición. Se han ido poco a poco involucrando más personas. Se han dado cuenta de que el proyecto va en serio. La Copa del Rey fue un momento increíble, jugando de tú a tú al Barça, que nos ganó en el descuento, y estamos en camino para seguir creciendo de la mano.

—Hablando del ambiente del día del Barça, insisto: ¿Se imagina el boom de Segunda?
—Sí, siempre te lo imaginas. Es una isla con muchas ganas de fútbol. Hay equipos en Segunda B y Tercera a muy pocos kilómetros y sería positivo para todos que el equipo estuviera en el fútbol profesional. Se vería que la isla tiene ganas de fútbol.