Antonio cabecea el balón ante un rival del Villarreal B. | Marcelo Sastre

La vida sigue igual. Nada ha cambiado. La UD Ibiza y la Peña Deportiva prolongaron en el estreno liguero el buen momento de la temporada pasada al celebrar con una victoria su debut. Los dos ganaron por la mínima y sufriendo en los minutos finales, pero ya habrá tiempo de mejorar eso, porque, ahora mismo, lo único importante son los puntos.

En una liga tan corta, existe una necesidad imperiosa por sumar de tres en tres. Y los nuestros lo hicieron. El equipo de Juan Carlos Carcedo, que dirigió su primer partido oficial como celeste, doblegó al Atlético Levante por 0-1, mientras que el conjunto de Raúl Casañ superó por al Villarreal B por 1-0 en Santa Eulària, donde pudieron darse cita diversos aficionados para presenciar este primer triunfo peñista.

Hay caras nuevas, y muchas, en las dos plantillas ibicencas, pero en este arranque no lo ha parecido. Los dos dieron continuidad a lo que mejor sabían hacer el curso pasado, ganar, algo crucial ahora mismo en una campaña muy especial y en la que comprender su funcionamiento (próximos fraccionamientos, sistemas de ascenso, descenso, etcétera) es casi como jugar al tetris.

En las filas unionistas sorprendió ver de inicio a un futbolista que, en teoría, estaba predestinado para el filial: Mateo. Carcedo ya había advertido que quien hace bien las cosas tiene premio y el centrocampista puede dar fe de ello. También llamó la atención que, tras tanto fichaje, hasta ocho integrantes del curso pasado estuvieran en el once. Únicamente el central Goldar y el atacante Davo debutaron como titulares.

El ex del Langreo desequilibró la balanza a los dos minutos de juego. Se está destapando como un buen goleador, refrendando en liga su eficacia en pretemporada. Raro sería que no repitiera titularidad este fin de semana, sobre todo habida cuenta de la expulsión de Ángel Rodado, que se perderá el encuentro.

En cuanto a los cambios con respecto a la ‘era Alfaro’ cabe destacar no solamente el dibujo, que ahora es un 4-2-3-1 en lugar de un 4-3-3, sino el posicionamiento de dos piezas fundamentales a lo lago de la campaña pasada como Javi Lara y Javi Pérez. Si el año pasado actuaron como interiores con Núñez de pivote, ahora su papel es otro. El cordobés encontró acomodo en la media punta, mientras que el alcarreño jugó en el doble pivote.

Si en el Ibiza repitieron muchos en el once en comparación con el curso pasado, en la Peña sucedió todo lo contrario. Ocho de sus fichajes fueron titulares en un once en el que únicamente Seral, Cristeto y Nacho repetían camiseta. Por cierto, partidazo de los tres. El portero salvó los muebles ‘in extremis’; el centrocampista llevó la batuta a la perfección, y el delantero, caído a banda, se encargó de desnivelar la balanza con un gol a los cinco minutos de la segunda parte.

Gustaron mucho Carlos Gilbert y Juancho. Fueron prácticamente los últimos en llegar y ya fueron capaces de meterse a la afición en el bolsillo. Olvidar a Pipo, quien, por cierto, debutó con la Cultu ante el Sporting B con dos asistencias y un penalti forzado, son palabras mayores, pero ambos jugadores demostraron que pueden ‘acercarse’ a ello con su habilidad en el uno contra uno y capacidad de sacrificio, cualidades que agradece la parroquia santaeulariense, que, al igual que la afición celeste, vio cómo, por ahora, la vida sigue igual.