Ander Iriarte se eleva en una acción de ataque del partido de ayer contra el Lalín. | Marcelo Sastre

El UD Ibiza-HC Eivissa consiguió ayer en sa Blancadona una gran victoria, la primera del curso como local. Lo hizo tras derrotar al Lalín (23-21) en un encuentro en el que la defensa fue clave para desactivar a uno de los mejores ataques de la categoría.

En la previa del encuentro, el técnico local, Eugenio Tilves, ya había avisado del potencial de los gallegos. Pronto quedó claro que la advertencia estaba fundamentada. El Lalín desplegó velocidad y calidad ante un defensa local que no mostró la intensidad de otras veces. Así, en los compases iniciales, los visitantes consiguieron una ventaja de tres tantos (1-4).

Los celestes concedían muchas segundas oportunidades ante un equipo que estaba mucho más vivo y que hacía pagar cada despiste.


Los ibicencos tardaron en entrar en el partido, pero, poco a poco, consiguieron ir reduciendo la ventaja. Lo hicieron desde la defensa y de la mano de un inspirado Gamallo. El portero asturiano sostuvo a los suyos en los peores momentos con algunas paradas de mucho mérito, algo habitual en él. Al descanso se llegó un gol abajo (10-11).

La segunda parte tuvo otro color. Los pitiusos empezaron a trabajar en defensa. Elevaron la intensidad y los frutos se empezaron a cosechar. Los gallegos no encontraban el camino. Estuvieron 10 minutos con el 14 en el luminoso.

El problema es que todo lo bien que se estaba haciendo en defensa, se hacía mal en ataque. Los pitiusos tuvieron muchas ocasiones para ponerse por delante, pero las precipitaciones se sucedían para desesperación del público que no dejaba de apretar.

La ventaja celeste llegó con el 15-14, pero duró poco. A partir de ahí el partido se convirtió en una lucha en la que las defensas se imponían y en la que prácticamente todos los goles venían precedidos de errores.

El Lalín consiguió una ventaja de dos goles a falta de seis minutos para el final (19-21). Aquí apareció la polémica. Los árbitros sancionaron con dos minutos a un jugador visitante, cosa que aprovecharon los ibicencos para empatar el marcador.

Gamallo sacó un pie descomunal para dar la oportunidad a los suyos de ponerse por delante. Fallaron. Volvió a aparecer Gamallo y esta vez Marc Torres si puso el 22-21.

Atacaba Lalín que buscó una jugada acrobática. Los árbitros señalaron que el atacante había pisado y que el balón era para Ibiza. Muchas protestas y otros dos minutos. Con uno más, Iñigo Celorrio cerró el partido para explosión de Blancadona.