Los jugadores de la UD Ibiza celebran uno de los goles marcados ante La Nucía. | Marcelo Sastre

El mejor equipo de toda la Segunda B. Eso es la UD Ibiza, al menos hasta la fecha. El conjunto que dirige Juan Carlos Carcedo es el único que ha conseguido ganar todos sus encuentros. Es más, es el único que suma 12 puntos, incluso habiendo otros grupos en los que ya se han disputado cinco jornadas.

Los celestes están firmando un inicio de ensueño para liderar su subgrupo del grupo III. En el subgrupo A, manda el Nàstic de Tarragona que atesora ocho puntos en los cinco partidos que ha jugado. Le podrían superar el Cornellà que tiene siete en cuatro encuentros o el Lleida que ha ganado dos de los tres partidos que pudo jugar.

En el resto de grupos de la categoría, en el grupo I comandan el Deportivo de la Coruña y el Langreo, ambos con 10 puntos en cuatro jornadas. En el grupo II, el Bilbao Athletic y el Amorebieta son los mejores del subgrupo A con 10 puntos en cinco partidos, mientras que en el B, el Calahorra suma nueve en cuatro encuentros. Los subgrupos del grupo IV están dominados por el Algeciras y el UCAM, que suman 10 puntos con tres victorias y un empate. Por último, en el grupo V los mejores también suman 10 puntos. En el caso del subgrupo A son el Navalcarnero y el Rayo Majadahonda, mientras que en el B, domina el Badajoz.

Precedentes
Lo que están haciendo los celestes es algo muy complicado, pero que se suele ver en casi todas las temporadas. Desde que empezó el siglo, solo en tres años –2003, 2014 y 2018– a estas alturas no había un equipo con pleno de victorias. En total son 28 conjuntos los que comenzaron la temporada ganando sus primeros cuatro encuentros desde el curso 2000/01. De hecho no hace falta ir muy lejos para encontrar el primer precedente.

Está en Santa Eulària. El curso pasado la Peña Deportiva de Raúl Casañ ganó sus primeros cuatro encuentros. Los ibicencos superaron al Oviedo B (4-3), al Atlético B (1-3), al Castilla (2-0) y al Getafe B (0-1), antes de caer ante el Celta B (3-4) en un encuentro que tenían ganado. Esta misma temporada también el Villarreal B ganó sus primeros cuatro partidos.

Otro aspecto que deja esta análisis es que comenzar con tan buen pie suele ser sinónimo de jugar playoff, pero no de ascenso. De las 28 veces, 29 con la de la Udé, que un equipo comenzó así, solo en cinco se logró el ascenso.

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En el 2013, dos históricos como el Tenerife y el Alavés –sumó cinco victorias consecutivas– comenzaron dominando sus grupos y terminaron como campeones y consiguiendo el ascenso a Segunda División.

El año anterior, en 2012, fue el Lugo el que consiguió subir tras comenzar las cuatro primeras jornadas con pleno de victorias. En 2009, el Cartagena empezó dominando y siguió hasta proclamarse campeón de su grupo. Después, en el fase de ascenso tampoco falló.

Por último, en 2005, el Real Madrid Castilla liderado por Roberto Soldado fue campeón de su grupo y ascendió. Además, el filial blanco consiguió alargar su racha triunfal durante siete jornadas. Estos siete encuentros seguidos es el mejor arranque en el fútbol de bronce en las últimas 20 temporadas, una racha que el Castilla comparte con el Marbella del curso 17/18, aunque los andaluces terminaron desinflándose y ni si quiera se clasificaron para el playoff de ascenso.

El Marbella no es el único equipo que tras iniciar la temporada de manera ilusionante finalmente no jugó la promoción. Tampoco lo hicieron el Villarreal B el año pasado, el Guijuelo de la 2015; el Reus y el Linense, en 2012; el Toledo, 2002; y el Barcelona B, en 2001.

Al final, todo esto son datos y las estadísticas no están para otra cosa que para romperse. Lo que no deja lugar a dudas es que el inicio de campaña de la UD Ibiza es prometedora y que en la mayoría de las ocasiones en las que se ha dado un comienzo así, fue sinónimo de playoff.

Aunque esto acaba de empezar el objetivo de club es claro y todo hace indicar que el potencial del equipo de Can Misses es más que suficiente para tener a jugar la segunda fase de ascenso a Segunda División de su historia. Lograr el ascenso son palabras mayores, pero el equipo ya ha dado licencia para soñar.