Bernárdez fue el hombre más importante en ataque de la UD Ibiza-HC Eivissa en la tarde-noche de ayer. El jugador vigués transformó nada más y nada menos que ocho goles. | IRENE ARANGO

Aunque en realidad habría que estar más que satisfecho con el grandísimo trabajo realizado ayer por la UD Ibiza-HC Eivissa, lo cierto es que caer de un solo gol (29-30) contra un grande de la categoría como el Burgos cuando lo has tenido contra las cuerdas es algo que duele. Si, encima, se sufren daños colaterales al lesionarse dos jugadores, el castigo es triple: sin puntos y sin dos referentes en la pista que difícilmente estarán en la última jornada del año contra el Barça B la próxima semana.

Los pupilos de Eugenio Tilves se vieron superados en los primeros compases del choque. Esa intensidad defensiva que les caracteriza no pudo hacer mucho ante la velocidad en ataque de un cuadro burgalés que encontró en Ernesto López un arma letal. Marcó cuatro de los ocho primeros tantos de los suyos, que se escaparon de seis antes de cumplirse los diez primeros minutos (3-9, min. 10).

La sangría era grande y el técnico local se vio obligado a parar el partido. El tiempo muerto sentó como agua de mayo a sus discípulos, que le cambiaron la cara al partido en un abrir y cerrar de ojos. Bernárdez, letal en el pivote, y Basualdo y Sala, que sacaron el cañón a relucir con disparos frontales, asumieron la responsabilidad ofensiva de un equipo corto de cambios por las bajas de Ander Iriarte y Salva Esteve.

Un parcial 4-0 nada más regresar del tiempo muerto (7-9, min. 14) hizo creer en el milagro. De hecho, los unionistas lo acabaron obrando antes del descanso. Empataron en el minuto 22 (14-14) y se pusieron por delante en el 27 por primera vez tras un disparo de Sala. La posterior parada de Gamallo, descomunal una tarde más, brindó a Benja la posibilidad de poner tierra de por medio, pero no acertó desde el extremo izquierdo. Se resarció a lo grande. Marcó desde la misma posición el 18-17 y forzó un siete metros sobre la bocina que Sancho transformó para llevar a los suyos con ventaja al descanso (19-18).

Tras el asueto, llegó la mala noticia de la lesión de Celorrio a los pocos minutos de juego. Luego, las defensas empezaron a ganar a los ataques, pero los locales estuvieron más acertados y se dispararon de cuatro (23-19, min. 35). Sin embargo, ocurrió lo inexplicable. La UD Ibiza-HC Eivissa disfrutó en dos ocasiones de superioridad numérica para matar el partido y no solamente no lo hizo, sino que vio reducida su ventaja. A falta de algo más de un cuarto de hora, el marcador se niveló (25-25, min. 43) y el Burgos completó la remontada en el 48 (26-27) de penalti.

Los últimos cinco minutos se encararon con tablas. Ernesto López puso a los suyos en ventaja y la diosa Fortuna no se alió posteriormente con la Udé. Un disparo al palo con lesión incluida de Basualdo hacía temer lo peor. De nuevo Ernesto López perforó la meta de Gamallo para que los burgaleses afrontaran el último minuto con dos tantos de ventaja, una renta que ya le fue imposible de levantar a un voluntarioso cuadro celeste que hizo méritos para más.

Tilves: «Hay queestar contento con el esfuerzo de los chicos»

«Tener a este equipo tres o cuatro goles arriba es con loque hay que quedarse». Estas fueron las primeras palabras de Eugenio Tilves, entrenador de la UD Ibiza-HC Eivissa. El técnico recalcó que tenía «tres lesionados más Basualdo». «No teníamos rotación cuando ellos tienen dos o tres por puesto. Creo que es de mérito y hay que estar contento con el esfuerzo de los chicos», continuó el míster de los celestes, que pone a sus pupilos un «sobresaliente por el esfuerzo y la actitud». Sobre la posibilidad de traer refuerzos, indicó que «nos vendrían bien». «Vamos muy justos», agregó.