Un empate que no contenta a nadie

Como era de esperar, Juan Carlos Carcedo dio continuidad al once de las últimas jornadas con la única excepción de la entrada de Pardo por Goldar en el eje de la zaga. Por su parte, Raúl Casañ apostó por una formación distinta y planteó el partido con dos puntas, Nacho y Antonio. No era la primera vez que coincidían de inicio en el césped. De hecho, en la primera jornada ya lo hicieron, si bien entonces se jugó con el habitual 4-2-3-1 en lugar del 4-4-2 de ayer.

La primera mitad estuvo muy igualada y, aunque las ocasiones fueron escasas y no excesivamente claras, el juego fue bastante vistoso. En un campo donde el juego directo y las acciones a balón parado priman por encima de todo, los aficionados pudieron ver un fútbol atractivo.

Tras un inicio de mucho respeto entre dos conjuntos muy sólidos a nivel defensivo, Javi Lara sacó su varita mágica a pasear a los nueve minutos. En una falta lejana, el cordobés estuvo a punto de sorprender a Seral. Cuando todos esperaban un balón colgado, el atacante decidió chutar a puerta. El portero, con el sol de cara, no vio bien el movimiento del balón y actuó como pudo con la fortuna de que su despeje se marchó al larguero por partida doble. Sí, porque, cuando el esférico bajaba del cielo tras impactar en el travesaño, volvió a golpear en dicho poste. Increíble, pero cierto.

La réplica la dio Cristeto al cuarto de hora de juego con un potentísimo lanzamiento exterior que se marchó por encima de la meta de Germán. A la media hora, poco después de que Pardo probara suerte con un tiro lejano que atajó sin problemas el meta local, llegó el suspense al Municipal de Santa Eulària en otra acción a balón parado, esta vez favorable a los de la Villa del Río. En segunda jugada, los de Casañ insistieron con varios remates al filo del área pequeña, pero ninguno encontró la dirección hacia la portería entre el enjambre de piernas celestes.

La Peña empezó a comerle terreno a la Udé, que poco a poco se fue quedando sin el dominio del balón del que había disfrutado hasta entonces. Los peñistas buscaron a Miguelete para tratar de hacer daño, pero sin mucha suerte. Los minutos pasaron con más pena que gloria, aunque hubo una última opción para marcar por parte de los de Carcedo. Manu Molina colgó la pelota, Fran Grima la prolongó de cabeza al primer palo y allí apareció Rubén, agarrado por Gonzalo, para cabecear en buena posición, pero la pelota se marchó fuera por poco.

En la segunda mitad decayó la calidad del juego. La Udé recuperó el dominio e incluso lo incrementó, pero la Peña estaba tan bien plantada sobre el césped que no le dejaba ver portería. El susto inicial provocado por Davo en una cabalgada por la izquierda que Gonzalo acabó desbaratando in extremis no fue más que un espejismo.

Pocas aproximaciones
Seral solamente tuvo que intervenir en dos acciones en toda la segunda mitad. Fueron dos buenas ocasiones para los celestes, pero el tiro salió al muñeco en ambas acciones. Primero, fue Javi Pérez, de cabeza tras un centro de Kike, el que trató de desnivelar la balanza. Ya en la recta final, una escapada de Rodado permitió a Cirio -ambos acababan de entrar al campo- rematar cerca del punto de penalti, pero su disparo fue directo a las manos del portero.

De la Peña no hubo apenas noticias en ataque. Un remate en posición forzada de Gilbert que se marchó fuera y un cabezazo bombeado y manso de Pomar a las manos de Germán, ya en el tiempo de descuento, fue el bagaje ofensivo de los de la Villa del Río.

Al final, reparto de puntos que no permite avanzar apenas a ninguno de los dos equipos. El equipo de Juan Carlos Carcedo enlaza su segundo empate consecutivo tras seis victorias consecutivas, mientras que el conjunto de Raúl Casañ enlaza siete jornadas seguidas sin marcar ni ganar. Los unionistas desaprovecharon la oportunidad de marcharse al parón con una ventaja mayor con respecto al segundo, mientras que los peñistas se estancan en la zona baja.