Un lance del partido disputado ayer en Son Moix entre el Urbia Palma y el UD Ibiza-Ushuaïa Vóley.

Urbia Palma. Perini (3), Del Carmen (9), De Oliveira (12), De Melo (15), Juanmi González (12) y Da Cruz (8) –equipo inicial–, Ruiz (líbero), Lladó, Pont (1) y Cairus.
UD Ibiza-Ushuaïa Vóley. Germán Galdón (1), Makinen (10), Monteagudo (8), Borges (6), Hurtado (13) y Víctor Méndez (4) –equipo inicial–, Víctor Sánchez (líbero), Raúl Muñoz y Sergio Ramírez.
Árbitros. Francisco Sabroso y Diana Rico.
Sets. 1-0, 25-22 (28’). 2-0, 25-21 (28’). 3-1, 25-20 (26’).
Incidencias. Partido correspondiente a la vigésima jornada de la Superliga masculina, disputado en el pabellón de Son Moix.
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El UD Ibiza-Ushuaïa Vóley sigue en caída libre. Los ibicencos cayeron en su visita a Son Moix en un derbi en el que el Urbia Palma fue mejor y dejó claro porque unos navegan en la zona alta y los otros coquetean con el descenso.

El Ushuaïa salió muy enchufado al partido y logró la primera buena ventaja en los primeros compases (2-5). Los mallorquines reaccionaron para igualar con el 6-6. Ahí empezó un intercambio de golpes en el que ninguno de los dos equipos cobraba ventaja sobre el otro.

Se escapaba uno y el otro lo volvía a atrapar. Fue así hasta la recta final del primer set en el que los locales abrieron un pequeño hueco en el marcador. Los celestes apretaron para poner el 23-22, pero un arreón final de los mallorquines puso el 25-22.

El segundo set empezó mal. Las cosas se pusieron cuesta arriba a las primeras de cambio con un 4-1 que obligó a Aitor Barreros a pedir tiempo muerto. Funcionó y el Ushuaïa igualó el encuentro. El tanteo fue parejo hasta bien entrada la segunda manga (14-14). El Urbia Palma empezó a escaparse con el 19-16. Una renta de tres puntos que fue una losa para el UD Ibiza-Ushuaïa. Ya no hubo capacidad de reacción y el 25-21 puso las cosas muy de caras para los locales.

El equipo mallorquín, con una ventaja cómoda en el luminoso, salió a jugar pleno de confianza en el tercer set. El objetivo estaba claro: cerrar el partido cuanto antes. Dicho y hecho. Salieron con fuerza y pronto pusieron un 3-1. Es cierto que los pitiusos nunca se rindieron y que intentaron mantenerse en el encuentro. Lo hizo hasta el 8-8. Tras ese empate en el marcador, los locales pegaron un nuevo estirón para romper el partido (12-8). La ventaja de cuatro tantos dio aún más confianza a un equipo que se dedicó a no cometer errores y navegar hasta puerto. La diferencia llegó a ser de seis puntos en un set que se cerró con un 25-20 que puso el definitivo 3-0 en el marcador y cerró el duelo.

Con este nuevo tropiezo, los ibicencos siguen sin encontrar sensaciones. Son cuatro derrotas consecutivas para sumar 18 puntos, unos números muy inferiores a lo que se esperaba de un equipo que en los últimos años siempre estuvo con lo mejores.