Iriarte, en una acción ofensiva de la UD Ibiza HC Eivissa en el duelo de ayer. | Marcelo Sastre

Cuando uno obtiene la recompensa tras un gran esfuerzo o con una dosis de sufrimiento, el éxito sabe mejor. Y el triunfo de ayer de la UD Ibiza HC Eivissa sabe al mejor de los chocolates. El equipo de Eugenio Tilves se impuso por 27-26 al Sant Martí Adrianenc, un rival directo en la pelea por la permanencia, en un partido de poder a poder y no exento de polémica. Y lo hizo, además, sin Mauricio Basualdo, al que, por unas molestias físicas, se prefirió reservar para el compromiso de la próxima semana. Mejor no pudieron salir las cosas.

A los celestes les costó entrar en el partido. Cuando se quisieron dar cuenta de dónde estaban, el marcador dictaba un 1-4 en poco más de cinco minutos.

La pájara no duró mucho más. Los Marc remontaron para los locales, con un doblete de Sánchez y una diana de Torres (5-4) en cuestión de cuatro minutos. Poco después, un tanto de Bernárdez supuso la máxima ventaja unionista: dos goles (7-5, min. 12).

Sin embargo, los catalanes supieron encajar el golpe y, tras la exclusión de Iriarte, encontraron en los extremos la forma de hacer daño, con un especialmente inspirado Pol Gutiérrez. Laliga se sumó a la fiesta con un par de latigazos y Tilves tuvo que pedir tiempo muerto al verse tres abajo en el minuto 19 (8-11). La intensidad de su equipo creció y el Sant Martí no halló la forma de frenar el vendaval ibicenco. Bueno, sí, con tres penaltis que aprovechó Sancho para igualar la contienda (13-13, min. 27).

A falta de poco más de dos minutos para el descanso y con 14-15 en el luminoso, la exclusión de Sala hacía temer lo peor, más que nada porque los visitantes ya habían aprovechado la anterior superioridad numérica para firmar un parcial 0-2. Sin embargo, esta vez sucedió todo lo contrario. No marcaron y una acción individual de Iriarte brindó el empate (15-15). Encima, este primer periodo se cerró con una sanción de dos minutos sobre Romero, acumulable para el siguiente acto.

En los seis primeros minutos de la reanudación, la Udé dispuso de dos superioridades numéricas, la ya citada por la exclusión Romero y una posterior por el mismo castigo sobre Laliga. Sin embargo, no supo traducir esa ventaja en el luminoso. Es más, incluso llegó a ir por debajo en el marcador (16-17, min. 36).

El duelo entró en una fase de igualdad total. Ninguno era capaz de poner tierra de por medio. El HC Eivissa buscaba continuamente en el pivote a Bernárdez, que resolvió varias papeletas, mientras el Sant Martí insistía con Pol Gutiérrez.

Los árbitros castigaron a los pitiusos con tres exclusiones, una de las cuales supuso la expulsión de Sala, pero ni por esas se rindieron los unionistas. Se encararon los cinco últimos minutos con tablas (24-24). Iriarte y Bernárdez dieron oxígeno a los suyos (26-24, min. 27). Pol Gutiérrez, quién si no, recortó distancias y Francho volvió a distanciar de dos a los locales en el 58.

En el posterior ataque llegó la polémica. Unos pasos del equipo catalán parecían ser sancionados por uno de los árbitros al correr hacia la pista contraria mientras el otro dejaba seguir la jugada, que acabó en gol. Tras unos segundos de incertidumbre, decidieron dar validez a la acción.

La UD Ibiza HC Eivissa apuró el tiempo todo lo que pudo en su última jugada ofensiva. Falló su lanzamiento y parecía que iba a tocar sufrir, pero Marc Torres presionó bien a un rival para que el Sant Martí no pudiera salir rápido con el balón jugado.

El último disparo a la desesperada del cuadro catalán ni siquiera vio puerta porque lo anuló la zaga celeste. Los de Eugenio Tilves celebraron por todo lo alto su victoria, repleta de suspense. No era para menos. Fue el final feliz a un thriller que puso a más de uno el corazón en un puño.