Joaquín Monteagudo ataca un balón en la red. | Marcelo Sastre

El UD Ibiza-Ushuaïa Voley sigue en puestos de descenso. La derrota contra el Arenal Emevé (22-25/24-26/25-15/25-18/9-15) es un duro golpe para un equipo que cada vez se complica más la vida. Los celestes desaprovecharon dos ventajas importantes en los primeros sets. Con todo en contra consiguieron volver a meterse en el partido, pero en el tie break mostraron su peor cara para caer derrotados.

El partido comenzó con empuje de los locales que fueron ampliando su renta hasta el 148. La ventaja de seis puntos auguraba un futuro sin demasiadas complicaciones. No fue así. Los gallegos fueron recuperando la distancia y del 16-10 se pasó al 16-19. Los visitantes consiguieron mantener su botín y cerraron el primer parcial con el 22-25 en el luminoso. El segundo set empezó con igualdad, los ibicencos se iban, pero los lucenses volvían a empatar. Intercambio de golpes en es Viver. Los pitiusos nuevamente cobraron ventaja y nuevamente la desperdiciaron. Ver para creer.

El 23-18 parecía cerrar el set, pero no. Los gallegos volvieron a darle la vuelta y pusieron el 24-26. Este golpe espoleó a los de Aitor Barreros que salieron con mucha fuerza en el tercer set con un 9-1 en el marcador. Esta vez sí supieron administrar la ventaja y cerraron la manga con un contundente 25-15. Este punto dio fuerzas a los celestes que alejaron los fantasmas y se lanzaron a por el partido.

Tras dos primeros sets que se escaparon de manera incomprensible, los pitiusos encontraban su mejor juego. La cuarta manga también tenía dominio ibicenco. 7-2 para empezar y aunque los gallegos intentaron acercarse en el marcador, lo cierto es que la ventaja nunca corrió peligro. El Ushuaïa navegó hasta el 25-18 para volver a poner las tablas y jugárselo todo en el tie break. En el definitivo y quinto set, los gallegos frenaron lo inercia pitiusa con un 1-5 de salida.

Los locales intentaron acercarse en el marcador, pero no encontraron el camino. No estuvieron finos ni en ataque ni en defensa. No pudieron acercarse y el partido se marchó para la ciudad amurallada de Lugo. Una derrota dolorosa que complica aún más a un equipo que quería soñar y que vive una pesadilla.