Javi Pérez, en una acción del partido UD Ibiza-Real Madrid Castilla. | RFEF

El sueño de la UD Ibiza y de los aficionados celestes está más cerca. Mucho más cerca. El equipo de Juan Carlos Carcedo superó ayer la eliminatoria contra el Real Madrid Castilla tras empatar sin goles y estará hoy en el bombo del sorteo de las cuatro finales por el ascenso a Segunda División.

De inicio, el partido estuvo bastante equilibrado, con dos equipos que buscaron tener el control del balón y sin asedios por parte de ninguno de los dos contendientes. Eso sí, las ocasiones las generó el conjunto ibicenco, que fue el único que estuvo verdaderamente cerca de romper el cerocerismo.

Los unionistas encontraron en Davo, muy enchufado en las últimas fechas, a su mejor arma. El asturiano fue el primero en intentar desnivelar la balanza en un remate desviado a la media vuelta. Además, dio un pase de la muerte al cuarto de hora que a punto estuvo de acabar en gol. El disparo raso de Kike López fue a las botas de Castel, que estaba en el área pequeña y no pudo redireccionar bien el balón.

De los madridistas no había noticias en ataque. Hugo Duro probó fortuna con un disparo a bote pronto desde la frontal que se marchó a las nubes tras un despeje de la zaga de la Udé. A eso se redujo la productividad ofensiva de un Castilla que no se marchó al descanso en desventaja por muy poco, ya que Goldar, el defensa más goleador de la UD Ibiza, cabeceó sorprendentemente fuera un córner botado por Javi Lara en el minuto 37.
Carcedo decidió mover pieza al descanso. El técnico reforzó ofensivamente a los suyos con la entrada de Ekain por Pardo y las prestaciones del equipo ibicenco mejoraron en ataque. Javi Pérez tuvo la primera oportunidad de los suyos a los cinco minutos, pero disparó alto en el interior del área.

La Udé tuvo varias ocasiones para adelantarse en el marcador, principalmente en acciones a balón parado, donde mostró una superioridad manifiesta. Goldar tuvo dos remates francos en sendos centros de Javi Lara. También Davo falló un remate de cabeza.

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La entrada de Rodado en el 78 por el cordobés dio incluso más poder ofensivo a una UD Ibiza que rondaba el gol continuamente, pero sin suerte. Los celestes lo intentaron hasta en el descuento, en el que una falta botada por Javi Vázquez la despejó el portero a córner, última acción reseñable antes de la prórroga.

Treinta minutos más
Tras una pausa para la hidratación, el duelo se reanudó con otro escenario. La UD Ibiza dejó de ir al ataque con tanto descaro, sabedora de que el empate bastaba. Por su parte, el filial madridista seguía sin encontrar la forma de hacer daño. De hecho, en los primeros 15 minutos sólo hubo que destacar un disparo de Dotor que atajó Germán.

Quedaban solamente 15 minutos y ambos entrenadores jugaron sus últimas cartas. Carcedo retiró a Castel para reforzar el centro del campo con Sibo, mientras que Raúl realizó un doble cambio: César y Latasa por Retu y Dotor.

Los celestes rozaron el tanto a los cuatro minutos en un error manifiesto de Gila, que estuvo a punto de marcar en propia puerta hasta en dos ocasiones en la misma acción.

Acabaron incluso marcando por mediación de Javi Vázquez, pero la jugada quedó anulada por un dudoso fuera de juego de Sibo. Eso sí, Arribas también dio un gran susto en el último minuto. Al final, la batalla táctica le funcionó mejor a la UD Ibiza. Mantuvo su su portería a cero y eso fue suficiente para dar el paso a la final. Así pues, el sueño del ascenso va tomando forma.