Los aficionados celestes en la grada del Nuevo Vivero. | RFEF

La alegría de la afición celeste tras el pase de ronda de su equipo se torció en el camino de vuelta. Unas retenciones a la altura de Talavera hizo que durante un par de horas apenas pudiesen avanzar kilómetros y terminaran perdiendo el vuelo de regreso a la isla.

Todo era felicidad para los seguidores de la UD Ibiza que se desplazaron el fin de semana a Badajoz para seguir a su equipo en el Nuevo Vivero. Tras celebrar el pase de ronda, a eso de las 15.00 horas se subieron al autobús en las inmediaciones del estadio para poner rumbo a Madrid.

El problema se lo encontrarían a la altura de Talavera, donde unas grandes retenciones pararon casi en seco al autobús. La festividad de San Isidro en Madrid pudo tener mucho que ver con el gran número de vehículos que había en ese tramo de la carretera.

Tras unas seis horas de viaje, llegaron a Barajas, pero ya sin tiempo para coger el avión.

Los aficionados se pusieron en contacto con la agencia que les dio algunas opciones, pero sin solucionarles el problema.

Finalmente, fueron los propios aficionados los que tuvieron que pagar un hotel en el que pasar la noche y buscar otro vuelo para regresar a la isla.