Imagen de la entrega de premios celebrada ayer en Es Náutic. | Arguiñe Escandón

La trigesimo tercera edición de La Ruta de la Sal pasará a la historia por ser la del COVID-19, pero también como una de las más complicadas que se recuerden a la hora de navegar. Esta prueba está diseñada para celebrarse en Semana Santa y el haberlo hecho en mayo conllevó dificultades meteorológicas. La ausencia de viento fue el gran enemigo al que se tuvo que enfrentar esta edición que, además, tampoco contó con la salida de Andratx. Estas condiciones climatológicas adversas, los grandes triunfadores fueron las embarcaciones Yellow Rose y el Brujo.

La prueba que tuvo menos complicaciones fue la largada de Denia. Fue aquí donde la tripulación del Swan 45 Brujo de Alberto Castro se impuso con solvencia. La embarcación tardó 28 horas 23 minutos y 11 segundos en completar las 120 millas hasta Sant Antoni.

Este barco que también fue el primero en llegar al puerto, ganando en tiempo real y en compensado. En el podio lo acompañaron el Swan 56 CLEM I-61 El Encinar y el IMX45 Foxy Lady. La dureza de esta largada se puede observar en que solo cuatro de las 36 embarcaciones que tomaron la salida llegaron a meta.

La versión mini-sal, con salida también desde Denia y con un recorrido rumbo directo a Sant Antoni de 50 millas. También contó con un gran número de abandonos. Todos menos uno se rindieron al viento. Solo el Illuka llegó a a la bahía de Portmany.

Prueba de Barcelona
En la versión de Barcelona, 104 millas de recorridos, la ausencia de viento también fue determinante. Aquí 16 de los 43 participantes consiguieron finalizar un recorrido que tuvo que ser alterado para facilitar la navegación.

El primero en atracar en Es Náutic fue el Maxi Dolphin 65 Gymir que empleó un tiempo de 28 horas, un minuto y 45 segundos. Pese a cruzar la meta el primero, una vez hechas las compensaciones, la victoria fue para el X-35 OD Yellow Rose de Marten Jan Ringers que empleó un tiempo de 28 horas, 50 minutos y 51 segundos. En esta largada, el podio lo completaron IMX 45 Atlant del Vent del CN Ibiza; y el Sun Fast 35 Diabolic.

Entrega de premios
Con todos los participantes ya en tierra, ayer se celebró la entrega de premios en el Es Náutic. Un acto en el que estuvieron presentes los diferentes ganadores de las pruebas y un nutrido grupo de representantes políticos de las diferentes instituciones.

Desde el Consell d’Eivissa, el conseller de Deportes, Salva Losa, aseguró: «Los ibicencos sentimos envidia de los que participáis en esta prueba que combina deporte, ocio y turismo». Losa recordó la apuesta del Consell por utilizar el deporte como elemento desestacionalizador y recordó que esta es la primera de las ocho pruebas de interés turístico que se celebra tras el inicio de la pandemia.

También tuvo palabras de reconocimiento el conseller de Movilidad y Vivienda del Govern balear, Josep Marí Ribas Agustinet que destacó que esta prueba enlaza territorios que tienen elementos comunes como el idioma.

Tras los políticos, fue el turno del director de la prueba y participante Enrique Curt. Este no dudó en calificar esta edición como «muy técnica y dificultosa». «Cuando hay viento es más fácil navegar y esta ha sido una prueba complicada. Ha habido momentos de mucha dificultad y es ahí donde se demuestra la habilidad de los navegantes», destacó.

Además, mostró su firme intención de seguir trabajando de cara al futuro para que la prueba se siga celebrando y poder contar con más embarcaciones para que sea un evento mucho mayor.

Entre los vencedores, excusó su presencia la tripulación de el Brujo que siguió navegando por el Mediterráneo tras alzarse con la victoria. En su lugar habló Amanda Hartley, segunda clasificada y una veterana de esta regata. Hartley se mostró feliz «por poder volver a navegar tras un año muy difícil. Llevábamos tanto tiempo sin poder juntarnos que las dificultades nos han dado igual».

Por último, Manel Codina ganador en tiempo real de la largada de Barcelona señaló: «Fue un regata muy difícil en la que nos hemos quedado parados muchas veces. Hemos tenido problemas, pero ha sido una buena regata».

También se mostró feliz la tripulación holandesa del Yellow Rose que hablando en inglés agradecieron a los organizadores que siguieran adelante con la prueba, ya que en su país se canceló todo y fue un placer poder participar.