Cristina Ferrer posa en la playa de s’Arenal, en Sant Antoni, con una buena cantidad de medallas logradas en su carrera deportiva. | Daniel Espinosa

Cristina Ferrer García (Ibiza, 12-04-1988) ha puesto fin a su carrera deportiva de karate en la elite. Participará en alguna prueba si el cuerpo se lo pide, pero se ha despedido del profesionalismo. La ibicenca es una de las mejores deportistas de la historia de la isla y, junto a la también retirada Irene Colomar, ha dejado el listón del karate insular muy alto. Múltiple medallista nacional e internacional, con metales a nivel continental y mundial incluidos, Ferrer se prepara ahora para una nueva etapa en su vida.

—¿Cómo lleva la retirada?
—Bien. Ya te comenté que la decisión no era de ahora mismo, sino de hace un tiempo. Estoy bien y tranquila, porque era la decisión que tocaba.

—¿Se ha hecho ya a la idea o todavía no lo ha asimilado?
—Sí. Asimilado está. Es de hace tiempo la decisión y está asimilada. Supongo que ahora tocan nuevos retos y ya está.

—¿Cuánto tiempo le tomó adoptar esta decisión?
—Yo creo que es algo que me brotó en sí por el momento en que estaba en mi carrera, la edad y mi vida personal. Tocaba avanzar y cuadró para tomar la decisión.

—Cuando echa la mirada atrás, ¿qué es lo primero que recuerda?
—Recuerdo las primeras veces que competía, cuando competía y no me iba bien de pequeña o cuando quedé campeona de Europa. Es que han sido muchos años.

—¿Cuál es su mejor recuerdo?
—No sabría decir si cuando quedé por primera vez campeona de Europa sub-21 o cuando quedamos subcampeonas del mundo por equipos.

—¿Le meto en un marrón si le pido elegir uno de esos dos momentos?
—Sí, porque el sub-21 fue hace un montón y es de forma individual con un nivel alto, pero el Mundial es por equipos y es una sensación también diferente. No puedo elegir.

—¿Qué borraría o cambiaría?
—Los últimos Juegos Europeos, en los que peleé bloqueada. Estaba bloqueada y no supe dar nada de mí. Pese a ello, no me quedé lejos de las medallas, pero me dio mucha rabia el hecho de no poder hacer nada.

—¿Trabajó la parte mental después de aquello?
—A partir de ese momento, empecé a tener la ayuda de Inma como psicóloga. Es que fue una sensación mala ya no por perder, porque pierdes por muchas cosas, sino por no poder hacer nada. Se me juntaron muchas cosas y el resultado no fue bueno.

—Al conocer la importancia de la mente, ¿se plantea formarse en el futuro en coaching para ayudar a otros?
—No, porque soy licenciada en INEF y no tiene nada que ver con la psicología, pero creo que es algo esencial para el rendimiento. Puedes entrenar mucho, tener buena técnica y táctica, pero si el día de la competición te pueden los nervios, tienes una baja autoestima, falta de autocontrol o lo que sea, pues ya puedes ser el mejor, el más rápido o el más fuerte que no vas a rendir. La cabeza es muy importante. Ahora se está valorando, pero falta mucho por descubrir.

—Con la retirada de Irene Colomar y Cristina Ferrer, Ibiza pierde a dos de sus mayores estrellas no sólo del karate, sino del deporte. ¿Será difícil volver a tener dos atletas de tanto nivel simultáneamente en la isla?
—A ver, a nivel sénior yo creo que deberán pasar algunos años ahora mismo, pero, si ya ha ocurrido, puede volver a suceder.

—¿Cómo ve la cantera actual?
—Hay un grupito de cadetes de primer año muy majo. Entre otros, está Lucas Pareja, que consiguió medallas siempre desde alevín, pero, en general, hay un grupo majo ahí del que puede salir algún competidor en el futuro.

—¿Seguirá como entrenadora de karate?
—Lo de ser competidora y profesora ya lo vengo haciendo desde que tenía 18 años. Soy licenciada en Ciencias del Deporte, me gusta la pedagogía y enseñar a cualquier nivel, desde a los más pequeños de cuatro años a los de alto nivel. Voy a seguir siendo profesora y transmitiendo mis conocimientos con una forma metodológica buena y a través de mi experiencia.

—¿Por dónde pasa el futuro de Cristina Ferrer?
—Ahora tocan vacaciones. Este mes de julio haré el curso de entrenadora nacional. Con la oposición ya veremos qué pasa. De cara a septiembre, la idea es volver con clases de karate.