Elena López ayer en el Cetis. | Irene Arango

Elena López Bonet (Ibiza, 1977) es la primera teniente de alcalde y la concejala de Urbanismo, Vías Públicas y Deportes del Ayuntamiento de Vila. Tras la firma del convenio de uso del estadio de Can Misses se ha convertido en una de las protagonistas de un conflicto que ya ha llegado a los tribunales.

—Supongo que no está siendo un verano sencillo. Uno de los mayores hitos del deporte ibicenco se está convirtiendo un dolor de cabeza.
—Bueno, yo creo que no debemos de olvidarnos de lo bueno, de la alegría de tener por fin, algo que habíamos deseado todos los ibicencos, un equipo en Segunda División. No hay que olvidar esa alegría y debemos seguir trabajando todos por todo lo bueno que nos va a traer. Para mí, no es un dolor de cabeza. Simplemente es una fase más que debemos intentar resolver de la mejor manera posible y dando una solución lo más digna posible a todo el mundo.

—¿Cómo valora la gestión del convenio de Can Misses?
—Como ya hemos dicho en alguna ocasión, el convenio es un documento que viene trabajado jurídicamente desde hace tiempo. Es un convenio que se ha basado en las instrucciones de la propia Liga Profesional de Fútbol y sus condicionantes. La valoración es buena. Es un documento en el que ha trabajado mucha gente, que tiene mucha supervisión, que tiene todos los informes y que entendemos que es la única vía para que la UD Ibiza pueda tener las instalaciones adecuadas para jugar en Segunda División; y también nos da la vía para poder tener el campo de entrenamiento, que el CD Ibiza podrá utilizar como campo de juego, con el valor añadido de tener un terreno de césped natural en Segunda RFEF.

—Dice que se lleva mucho tiempo trabajando en este documento. ¿Cómo es posible que algunos clubes se enterasen entonces por la prensa o en conversaciones privadas con gente ajena al Ayuntamiento de que debían abandonar sus instalaciones?
—Una cosa no tiene que ver con la otra. El ascenso a Segunda División y los requerimientos para jugar en Segunda División son para un club en concreto. Tampoco es cierto que los clubes se enterasen por la prensa. Yo mismo me senté con el Cedé antes de que se firmase el convenio para trasladarles en persona la situación y emplazarnos a encontrar un marco en el que pudiésemos ayudarles en su nueva categoría. En ese marco se estuvo trabajando hasta el día que ellos pusieron una demanda y fueron a los tribunales. .

—¿Se esperaba tanto revuelo? ¿La demanda les pilló por sorpresa?
—No voy a entrar a valorar el revuelo, que creo que lo está montando una parte. ¿La demanda nos pilló por sorpresa? Pues sí, no te voy a engañar. El día antes estábamos esperando una contestación por escrito de los clubes y estábamos en un clima de diálogo y análisis de necesidades. Yo creo que debemos saber todos dar un paso adelante y dejar atrás ese revuelo porque no nos hace bien a nadie. No hablo como Ayuntamiento, hablo como sociedad, no creo que la gente quiera que la UD Ibiza no juegue en Segunda, cuando es algo bueno para todos. Generar mal ambiente y confrontación no es bueno para absolutamente nadie. Ni a nuestra sociedad, ni a la economía, ni mucho menos al deporte, que debería mostrar sus valores.

—La semana pasada, en una entrevista, dijo que esta demanda suponía un antes y un después en las relaciones con el CD Ibiza. Sonó a amenaza y en el club no sentó bien. ¿Quiere decir que antes el Ayuntamiento estaba dispuesto a negociar y ahora no?
—No, ni muchísimo menos. No es una amenaza, es una realidad. Cuando alguien te lleva a los tribunales, automáticamente condiciona tu comunicación. A partir de ahora, tiene que ser una comunicación de tipo formal. Su decisión de llevarnos a los tribunales, lo condiciona todo. Están cuestionando la decisión y, ojo, es legítimo que no le guste. No es una amenaza y el que lo quiera interpretar así, yo ya le digo que no. Sí es cierto que nosotros como institución ante una demanda en los tribunales debemos protegernos y actuar en nuestra comunicación en consonancia.

—¿Cree que con la demanda corre peligro que la UD Ibiza pueda jugar en Ibiza?
—Pues yo espero que no. Estamos muy tranquilos porque el documento está trabajado jurídicamente. Nosotros no estamos inventando nada. Esta situación se da en muchas otras ciudades, en las que para que un equipo pueda ejecutar unas obras en el tiempo que la Liga pide. Con los condicionantes tan severos de seguridad y responsabilidad civil y penal, este convenio era la única vía que podíamos trabajar. ¿Hay clubes que a lo mejor se sienten perjudicados? Pues sí. No hay que esconderlo, pero nuestro trabajo con esos clubes siempre ha sido pedir comprensión. Tenemos que remar juntos. Es una situación excepcional para toda la isla y tenemos que entenderlo en su conjunto. No nos lleva a nada que cada club, sea de la disciplina que sea, mire solo para sí. Imagina que cuando el balonmano o el fútbol sala ascendieron de categoría y tuvieron que cambiar de instalaciones, se hubiese generado esto. En deporte es habitual que cuando un equipo asciende, las instalaciones se tengan que adaptar, y en eso estamos, tanto para unos como para otros.

—Quizás lo más triste es que este conflicto haya llegado también a la afición y se esté produciendo una fractura en el mundo del deporte ibicenco.
—Totalmente de acuerdo. Desde un primer momento pedí colaboración y responsabilidad a los compañeros de diferentes partidos políticos, entendiendo que es un tema en el que todos debemos tener responsabilidad y no llevar esto al conflicto. No nos podríamos perdonar que esto fuese más allá de dónde está ahora. Es un momento para estar unidos como isla y todos entender a todos. Hay tener paciencia y darse cuenta de que si esto hubiese sido al revés y fuese el Cedé el que estuviese en Segunda División, este Ayuntamiento hubiese actuado del mismo modo. No hay que fomentar ser de los blancos, los negros, los rojos o los azules. Es un acontecimiento histórico en el que todos debemos colaborar para estar lo mejor posible. Que no son las condiciones idóneas para algunos. Puede ser, pero hay soluciones para todos los casos.

—Todo hacía indicar que la UD Ibiza, tarde o temprano, conseguiría su objetivo. ¿No faltó algo de previsión?
—No. Parece que se nos está olvidando que llevamos un año y medio en pandemia y que hemos tenido que destinar parte del presupuesto del año pasado y de este, millones y millones de euros, para ayudar a la gente. El año pasado podríamos haber construido un campo de fútbol, pero no hubiese sido responsable. Venimos de un año muy difícil en el que la gente necesitaba ayuda directa y no creo que a nadie le hubiese parecido coherente destinar dinero público a construir un campo de fútbol por si acaso. Ahora, es un hecho y estamos trabajando para ello. No hay una falta de previsión, hay una previsión muy responsable.

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—Pero todo el mundo sabía que haría falta un nuevo estadio. ¿No se podría haber adelantado planificación, permisos y demás?
—Eso sí se fue adelantando, pero hasta que se firmase el convenio no se podía empezar. El convenio se firmó un sábado y el lunes ya estaba la licencia. Más rápido imposible. Todo el trabajo previo técnico ya estaba hecho. Sin ascenso no se podía firmar el convenio.

—¿Y para este segundo estadio que se le ha prometido al CD Ibiza?
—También hay mucho trabajo adelantado tanto a nivel de proyecto, como a nivel de tramitación de las parcelas.

—El CD Ibiza exige que si el nuevo campo de la pista de atletismo no llega a tiempo, el plan B sea Can Misses. Tanto la Udé como el Ayuntamiento están seguros del que campo estará disponible. ¿Por qué no se les da esa opción y se acaba con esta discusión?
—Porque no se puede. No puede haber dos equipos cuando uno de ellos no es del fútbol profesional en la misma instalación. Los condicionantes y requerimientos de la LFP no lo permiten, pondríamos en riesgo el ascenso de la Udé. No es no querer dar un plan B. La opción de que jueguen en la pista de atletismo es la opción más digna que hemos encontrado. En ese campo tendrán césped natural, gradas de más de 1.000 espectadores, todos los requerimientos que exige la Federación, les hemos cedido instalaciones del Patronato para que puedan tener sus oficinas y almacenes y, además, hay que recordar que esto es algo transitorio y provisional. Que no es la ideal. Obviamente, pero el plan B no puede ser el estadio porque pondríamos en riesgo que la UD Ibiza jugase en Segunda.

—El otro gran protagonista en este conflicto es el Club Atletisme Pitiús. ¿Hay alguna posible solución para el Pitiús o deben aceptar que tienen que convivir con el fútbol por el bien de la ciudad?
—El atletismo puede estar tranquilo porque la pista de atletismo seguirá siendo una pista de atletismo las 24 horas del día. Soluciones las tienen todas. Ellos tienen por escrito que son compatibles los dos usos y que se puede mantener la escuela municipal de atletismo. Saben que puede seguir viniendo el club privado de U-run, saben que pueden seguir viniendo a entrenar a sus mismas horas tanto por la mañana como por la tarde. Por la tarde, el atletismo, porque hay más clubes en la isla, la tiene en exclusividad. Yo sigo hablando con ellos y les digo que no hay ningún tipo de incompatibilidad y que se podrá coordinar todo para que se sigan celebrando los fines de semana los campeonatos. Solo hay que tener voluntad y querer cuadrar horarios y convivir, al igual que se hace en cualquier otra instalación deportiva.

—Bueno, pero sí es cierto que esa exclusividad de la tarde no existe en los meses de verano y la UD Ibiza puede solicitar alguna hora al Patronato.
—Siempre se puede compatibilizar. Además, en los meses de julio y agosto el atletismo tiene mucha menos actividad.

—El presidente de la Federación Española de Atletismo, Raúl Chapado, envió una carta y vino a ver las obras. ¿Cómo valora esto?
—Hemos hablado con él personalmente y cuando ha escuchado nuestra versión se ha dado cuenta que el problema no existe. Tenía solo una versión y nosotros le explicamos que no hay ningún inconveniente y que todos los atletas pueden seguir teniendo sus horarios y que las categorías bases pueden seguir entrenando. Tuvimos una conversación muy amigable en la que acabó conforme e incluso nos llegó a pedir disculpas por el hecho de haberlo malinterpretado.

—No es el único problema que tiene sobre la mesa el Patronato. El ascenso del Inter Ibiza también conlleva unas peticiones por parte del club, el bar, una oficina más grande... que parece que por el momento no están siendo aceptadas ¿Por qué no se les da prioridad en Can Cantó si serán el equipo de mayor categoría en esta instalación?
—Es que eso no es cierto. Eso es una noticia que sacasteis el otro día, que había valoraciones que hacíais que el propio presidente nos dijo que no eran tal que así. Que el Inter haya ascendido no es un problema, es otra alegría. Pocas ciudades podrán decir que tienen tres equipos de fútbol que hayan ascendido de categoría. Nosotros nos hemos reunido con el Inter y les hemos ofrecido una solución que estamos debatiendo. Ellos nos han hecho llegar sus propuestas y estamos estudiando cuál es la mejor opción. Aquí no tiene que haber ganadores, ni vencidos. El Patronato tiene 40 años de experiencia gestionando instalaciones y en eso estamos. Han ascendido y hay que acondicionar la instalación para que puedan disputar sus partidos.

—El alcalde dijo que usted gestiona Deportes y Urbanismo porque se preveía que se pudiese dar el ascenso. ¿Qué beneficios ha tenido Ibiza al gestionar estas dos áreas la misma persona?
—Son áreas muy gratificantes en todos los sentidos. Tienes un concepto de ciudad y un concepto social de deporte, que da muchas alegrías. A mí personalmente me gusta muchísimo el deporte, aunque no soy una gran practicante, pero sí me gusta mucho desde siempre. Es una unión muy chula y llevar el departamento de obras nos ha hecho crear un hilo muy interesante desde coordinación de toda la renovación de las instalaciones que llevamos dando ya en los últimos años.

—Por último, más allá de todo este conflicto, ¿cómo valora la salud del deporte ibicenco? ¿Es su mejor momento?
—Yo creo que sí. Estamos en un momento espectacular a nivel de ciudad. Tenemos el voleibol en la máxima categoría desde hace años; el balonmano que jugó el playoff de ascenso a Asobal, los tres equipos de fútbol, el tiro con arco, el bádminton, Jonás Souto en billar, la vela… Personalmente, no recuerdo un mejor momento del deporte en Vila.