El formenterense, en acción durante la Medal Race. | Sailing Energy


Impresionante, sensacional, exquisita, memorable... Estos y muchos otros adjetivos sirven para calificar el papel de Mateo Sanz en los Juegos Olímpicos de Tokio. El windsurfista hizo ayer historia al convertirse en el primer deportista de Formentera en lograr un diploma olímpico. Épico. Puede parecer que todo lo que no sea una medalla pierde relevancia, pero nada más lejos de la realidad. El mero hecho de llegar a la Medal Race, cita reservada para los diez mejores, era ya toda una gesta. Cerrar la actuación con un diploma es algo superlativo.

El pupilo del ibicenco Asier Fernández finalizó octavo en la clasificación general tras la disputa de la Medal Race. En ella protagonizó una carrera digna de elogio con una soberbia tercera posición.

Después de un brillante inicio en el que llegó al liderar la general de RS:X, Mateo Sanz acabó su concurso en los que son sus segundos Juegos Olímpicos con una destacada actuación en la Medal Race de su clase. Su tercer puesto en la prueba final permitió al formenterense hacerse con el octavo puesto y el diploma, su mejor resultado en la gran cita, lo que le confirma como uno de los mejores especialistas del mundo sobre la tabla.
El pitiuso, que fue de más a menos a consecuencia de la aparición del fuerte viento en aguas de Enoshima –un escenario en el que ha subido al podio en Mundiales y Copas del Mundo–, salvó una plaza para la Medal Race, en la que se vio beneficiado de las descalificaciones del francés Goyard y el italiano Camboni –se jugaban el oro-– además de la del polaco Piotr Myszka para afianzarse en las posiciones delanteras, en las que se instaló nada más darse la salida.

Finalmente, el pupilo de Asier Fernández, que compite bajo la bandera suiza, fue tercero en una Medal Race que se llevó el israelí Yoav Cohen, cuarto a la postre, mientras que el balear se amarró al diploma y a la octava posición para hacer suyo el primer diploma olímpico para Formentera.

El oro fue para el holandés Kiran Badloe, el más regular toda la semana (37 puntos), siendo además segundo en la Medal, mientras que la plata se la llevó con suspense el francés Thomas Goyard (74) y el bronce fue a parar a manos del chinbo Kun Bi (75). Sanz sumó 100 puntos y acabo dos puestos por delante del español Ángel Granda, décimo (118).

Formentera ya tiene su primer diploma olímpico gracias a Mateo Sanz, que igualó así la gesta de su entrenador, el ibicenco Asier Fernández. Este también había sido capaz de llevarse un diploma en unos Juegos Olímpicos, en concreto en los de Barcelona’92. Son los dos únicos pitiusos que pueden presumir de ello. Son, sencillamente, historia viva del deporte pitiuso.