Mateo Sanz y Asier Fernández, en Tokio. | F. Fernández

Si había este sábado un hombre especialmente feliz por el éxito de Mateo Sanz, ese era, sin duda, Asier Fernández. El entrenador del windsurfista formenterense no ocultó su satisfacción al término de la Medal Race.

El entrenador del formenterense confesó sentir «un orgullo enorme» por el éxito de este sábado. «Podría haber sido una medalla si el tifón se hubiera comportado como se esperaba. Los diez días antes de llegar, no sopló nada de viento hasta que empezamos. Ese fue el día que cambió todo. Nos trastocó todo. En la regata final hubo un viento perfecto para él», explicó.

El olímpico en Barcelona’92, donde también logró un diploma, recordó que en la Medal Race «no salió a ganar, sino a controlar a sus rivales más directos, que eran el estadounidense y el español». «Él no ha ido a hacer la regata lo mejor que sabe. Ha ido a marcar y controlar a los otros. Si ellos se equivocaban, él tenia que equivocarse con ellos, pero un poquito menos», expuso.

Fernández no escatimó en elogios para su pupilo: «Es un logro muy grande. Es brutal. Para mí, es un fuera de serie».

«Que el alumno supere al maestro es el mayor orgullo», continuó el técnico, que quiso dejar claro que «cuando el alumno supera al maestro es porque las cosas se hicieron bien»». «Yo no le llego ni a la suela de los zapatos a este chico. Es muy grande. Es un fenómeno», sentenció Asier Fernández.