El campo de fútbol sala de San Pablo, en el que entrena un día a la semana el Inter Rugby. | Daniel Espinosa

La concejala de Deportes del Ayuntamiento de Ibiza, Elena López, ha repetido en más de una ocasión que todos los equipos de Vila tendrán su sitio, que todos contarán con un espacio digno en el que entrenar y que nadie saldría perjudicado con la restructuración de las instalaciones deportivas que se ha llevado a cabo en la ciudad. Tres afirmaciones que pueden ser bastante cuestionables si se analiza cómo ha cambiado la situación de algunos clubes en los últimos meses. Uno de los más perjudicados es, sin duda, el rugby, que se ha quedado sin el único campo que había. El director deportivo del Inter Rugby, Ilie Vacar, lo tiene claro: «El rugby en Ibiza está herido de muerte. No hablo de mi equipo. Me refiero al rugby en general. No veo la solución. Es muy duro, pero o ocurre el milagro o el futuro es muy negro».

La sección de rugby del Inter Ibiza tiene un sitio cedido por el Ayuntamiento. En este caso, la afirmación de López no es falsa, pero sí muy matizable. La pista de fútbol sala de San Pablo no es ni mucho menos digna para practicar este deporte. No lo es ni por la superficie, ni por dimensiones. «Está muy bien para ir a tomar algo al bar, pero no para entrenar», lamentó Vacar, que cargó duramente contra Vila: «Este Ayuntamiento no apoya la progresión del deporte en la isla».

Están perdiendo jugadores
Al ser preguntado por si, como dice López, nadie sale perjudicado, la impotencia le invade: «El sénior y el juvenil se están perdiendo. En ese campo pueden entrenar los niños y de aquella manera. Los mayores y los adultos, no. No tenemos un sitio dónde juntar a la gente. Somos un club nuevo, un club pequeño y no solo no nos dejan crecer, si no que nos están matando».

El coordinador de la sección, Pablo Ruiz, remarcó esta idea: «En un campo tan pequeño la gente no quiere entrenar. Se nos está yendo la gente. Estamos preocupados porque no sabemos qué va a pasar y la Federación nos está pidiendo ya respuesta y no se la podemos dar porque no tenemos ni campo para jugar, ni campo para entrenar. Creo que hemos perdido ya esta temporada porque desde el Ayuntamiento nos han dado un sitio que no es apto».

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Cabe señalar que el club solo puede utilizar esta instalación un día a la semana, cuando el año pasado contaban con dos entrenamientos semanales en Can Misses.

Vacar mira hacia el otro club de rugby de la isla, la UD Ibiza Rugby, del que él formó parte durante muchos años y tampoco les ve futuro: «Les han prometido un campo que no les van a dejar. Nosotros sabemos que es imposible que podamos jugar al rugby antes de un entrenamiento de la UD Ibiza o de un partido del CD Ibiza. Es rugby y el campo sufre. Si llueve, lo destrozas. Los del fútbol no nos van a dejar ni acercanos a la valla».

«Todo esto se va a llevar por delante a todo el rugby de la isla. O nos hacen un campo para rugby, o se acabará el rugby. El otro club lleva su nombre, pero… Me duele porque son muchos años de rugby aquí y si no hay un milagro, puede desaparecer», concluyó.

El CD Ibiza femenino pasa de tres entrenamientos semanales a uno

También ha empeorado bastante la situación del fútbol sala femenino en este municipio. En concreto, el más perjudicado es el CD Ibiza, antiguo Harinus Ibiza Futsal. Estos han visto cómo se han quedado sin pista de entrenamiento. Eran uno de los clubes que utilizaban los antiguos campos de fútbol sala anexos al patronato de deportes que actualmente se están convirtiendo en campos de fútbol-8. La solución que les ha dado el Ayuntamiento es la de entrenar en es Pratet.

El problema es que han visto reducidos los tres entrenamientos que tenían el curso pasado a tan solo uno a la semana y un segundo cada 15 días, ya que se alternan con otro equipo de fútbol sala femenino. Además, esta alternancia desaparecerá mientras duren las obras de Blanca Dona, ya que la UD Ibiza-Gasifred de Segunda División B entrenará en esa franja horaria. Desde el CD Ibiza, Estefan Lanchón lamentó la decisión del Consistorio: «Yo no me quejo de no tener espacio en es Pratet porque entiendo que hay muchos equipos a compartir. El problema es que teníamos una pista exterior y nos hemos quedado sin esa pista». «Se nos ha quitado un sitio para beneficiar a otros», resumió.