Castel avanza con el balón en un lance del Valladolid-UD Ibiza. | PABLO REQUEJO

La UD Ibiza puso ayer fin a su racha de tres derrotas consecutivas tras empatar en el feudo del Valladolid (1-1). Sin embargo, el equipo celeste ofreció una discreta imagen ante un conjunto vallisoletano muy superior. Además, los unionistas siguen al borde de la zona de descenso, por lo que la crisis continúa latente en el seno de los de Can Misses.

El inicio del partido no fue precisamente esperanzador. De nuevo, la Udé no se encontró a sí misma. Sin capacidad de pausar el juego y combinar con claridad, el conjunto ibicenco se vio superado por un cuadro blanquivioleta que salió en tromba a por el primer gol.

Los locales encontraron continuamente a sus dos puntas, Weissman y Sergio León, tanto en centros laterales como en jugadas combinativas. En cambio, del equipo unionista no había noticias en ataque. Castel, Bogusz, Nono y Ekain estaban desaparecidos, principalmente porque no les llegaban balones. Bastante tenía la UD Ibiza con buscar la forma de frenar el vendaval ofensivo de su rival como para preocuparse en esos momentos de hallar alguna vía hacia la meta rival.

Los de Pacheta generaron un carrusel de ocasiones hasta el ecuador de esta primera parte. La oportunidad que más cerca estuvo de acabar en gol la protagonizó Aguado a los ocho minutos, con un disparo de vaselina que se topó en el larguero. A punto estuvo de repetirse un tanto similar al firmado por Íñigo Vicente, del Mirandés, el domingo pasado en Can Misses.

Pese a que los dos laterales titulares del Valladolid se quedaron en el banquillo, el cuadro vallisoletano funcionó muy bien por las dos bandas. Sergio León, Alcaraz y Óscar Plano tuvieron opciones para desnivelar la balanza en diversas llegadas, pero no acertaron.

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La UD Ibiza reaccionó tímidamente a partir de la media hora, poco después de la entrada de Appin por el lesionado Javi Pérez. Eso sí, su productividad en ataque se redujo a dos acciones. Primeri, un cabezazo de Juan Ibiza en una acción a balón parado se marchó desviado. Luego, Castel cruzó demasiado la pelota en un mano a mano contra el portero tras un error gravísimo de los blanquivioletas.

Reanudación
El descanso sin goles fue la mejor noticia de una UD Ibiza para la que no pintaban bien las cosas. Tras el asueto, la justicia no tardó en aparecer en el estadio Nuevo José Zorrilla. Roque Mesa, recién incorporado al terreno de juego, sirvió un pase en profundidad a Weissman, que fusiló la portería de un Germán que no pudo hacer nada.

El Valladolid pudo poner tierra de por medio, pero Aguado y Nacho, que se topó con el travesaño, perdonaron. Entre medias, Castel tuvo el empate en la mejor oportunidad de los visitantes, un remate a cinco metros del portero que este despejó.

Carcedo movió el banquillo para dar otro aire a los suyos. Primero, Guerrero y Miki Villar entraron por Ekain y Nono a colación del gol. Más tarde, concretamente a falta de un cuarto de hora, Javi Lara y Herrera sustituyeron a Fran Grima y Bogusz.

Dicen que el que perdona lo acaba pagando y eso le pasó al equipo de Pacheta. Guerrero dejó solo a Herrera y el ex del Lugo niveló la contienda. El juez de línea decretó fuera de juego, pero el VAR dio validez a la jugada.

Los locales insistieron en busca de la victoria, pero la Udé aguantó el tipo. Finalmente, el marcador no sufrió más cambios y los celestes pusieron fin a una racha de tres derrotas consecutivas, aunque siguen muy cerca de los puestos de descenso al haber cosechado un solo punto de los últimos 12 en juego. Racha rota, pero crisis viva.