Manu Molina presiona a Joaquín. | SD HUESCA

Sin goles. Así acabó el partido ayer entre el Huesca y la UD Ibiza en El Alcoraz. El equipo celeste dio por bueno el punto en un choque en el que los oscenses dispusieron de las mejores ocasiones. Es más, el palo se cruzó en su camino en dos ocasiones.

Juan Carlos Carcedo introdujo cuatro cambios con respecto al once de la semana pasada, uno de ellos por obligación al no desplazarse Javi Lara por unas molestias musculares. Su lugar en el extremo izquierdo lo ocupó el polaco Mateusz Bogusz, ausente en el choque anterior al estar concentrado con la selección sub-21 de su país. La parte ofensiva presentó múltiples cambios, pues Castel y Ekain dejaron su sitio a Herrera y Guerrero, respectivamente. Juan Ibiza, que entró por Rubén, fue la otra novedad en el once.

La primera mitad fue bastante monótona y escasa de oportunidades de gol. Los oscenses dominaban la posesión de balón, pero la Udé estaba bien posicionada en el campo y no dejaba resquicios atrás con facilidad.

La primera llegada peligrosa la protagonizaron los visitantes. Javi Pérez sirvió un pase de la muerte a Guerrero, pero Mosquera metió la pierna a tiempo para cortar el disparo del atacante unionista. La réplica la dio Marc Mateu en el ecuador de este periodo. El centrocampista lanzó una falta lateral al palo. Afortunadamente para los ibicencos, la pelota rebotó después en Gaich y se marchó lejos del marco.

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A partir de entonces, el equipo de Juan Carlos Carcedo pasó a dominar el encuentro, con Herrera como principal protagonista. El canario, primero, desperdició una buena ocasión al escorarse demasiado en su intento por regatear al portero. Poco después, los papeles se invirtieron. Herrera se sacó una asistencia brutal para Guerrero, que lanzó sorprendentemente fuera con todo a favor. Los jugadores celestes se echaban las manos a la cabeza.

El asedio unionista continuó en el minuto 35. Un pase de espaldas de Bogusz en el interior del área lo voleó Herrera muy cerca del palo corto. Estaban siendo los mejores minutos de la UD Ibiza, que, una vez más, pecaba de falta de pegada, lo que le privó de irse al descanso con ventaja.

Tras el descanso, se giraron las tornas. El Huesca salió como un tiro y dispuso de tres ocasiones en un santiamén. Un remate acrobático de Joaquín, un disparo de Gaich al portero y un despeje de Morillas que no acabó en autogol gracias al palo metieron el miedo en el cuerpo de los visitantes, que, eso sí, también tuvieron una llegada en un cabezazo de Herrera que el portero desvió a córner.

Con el paso de los minutos, ambos técnicos movieron el banquillo. Eso sí, todo fueron cambios naturales. Aunque los celestes se fueron recomponiendo poco a poco, lo cierto es que el Huesca volvió a tener el gol muy cerca. Esta vez, Marc Mateu, en el 70, lanzó flojo y Germán atajó la pelota.

La respuesta la intentó dar Javi Pérez, pero un zaguero se cruzó para desbaratar el disparo dos minutos después. La batalla fue total en un duelo que acabó sin goles pese a intento de Mikel Rico, en un lanzamiento desde la frontal, por romper el cerocerismo. Finalmente, ambos equipos se tuvieron que conformar con un punto tras un partido bonito a pesar de la ausencia de tantos.