El peñista Ton Ripoll conduce el balón ante el acoso de un defensor del Lleida. | Arguiñe Escandón

La Peña Deportiva dio el domingo carpetazo a la crisis y rompió su mala racha de seis jornadas sin ganar tras remontar al Lleida en el segundo tiempo. Fue un partido en el que la Peña ofreció dos caras y que estuvo completamente marcando por el paso por vestuarios.

El duelo empezó mal. El minuto seis, en una acción a balón parado, Gaixas aprovechó un grave error de Seral para adelantar a los visitantes con un remate poco ortodoxo que terminó entrando con suspense.

El golpe fue duro y la Peña tardó en recomponerse. El balón era ibicenco, pero lo cierto es que sin causar demasiados apuros. Los centros se quedaban en nada y los disparos se iban muy desviados. Mediada la primera parte se reclamó penalti en el área del Lleida, pero el árbitro no apreció nada.

Por su parte, los visitantes daban sensación de peligro cada vez que conseguían salir a la contra con velocidad, sobre todo cuando Moha entraba en juego. Así se fueron esfumando los minutos de una primera parte que no pasará a la historia del fútbol y en la que la Peña dejó una imagen muy mejorable.

Carrusel de ocasiones

Los de Santa Eulària salieron con otro aire en la segunda mitad y los primeros acercamientos fueron suyos. En el 47, Cristeto puso a prueba a Víctor con disparo ajustado al que le faltó un poco de fuerza.

La respuesta del Lleida no se hizo esperar. Moha tuvo una doble oportunidad, pero se encontró con dos buenas intervenciones de Seral, que se resarcía de su error en el gol.

En un ritmo frenético de partido, en la acción siguiente, Torras tuvo el empate. En situación inmejorable, fusiló a Víctor, pero apareció el central Figueras para desviar el cuero a saque de esquina, cuando prácticamente se cantaba el gol.

Poco después, era David quien tenía la oportunidad de marcar el segundo para los catalanes. Su disparo desde el corazón del área se fue muy cerca de la escuadra de Seral.

El gol llegó en el 55. Cristeto probó suerte con un gran disparo desde fuera del área que se estrelló en el palo. El balón le llegó a Piera que fue el más rápido en reaccionar y marcó a portería vacía.

Tras el empate, el partido entró en una fase de calma que no tenía nada que ver con la locura de los minutos anteriores. Eso sí, la voz cantante la seguía llevando el equipo ibicenco que veía que podía darle la vuelta al choque.

En el 75, se culminó la remontada. Lucas Alcazar, que volvía tras su lesión y había entrado unos minutos antes, aprovechó la peinada de Piera en el primer palo tras un buen centro desde la derecha para marcar a placer.

En la recta final del choque, los ibicencos supieron jugar con el tiempo y apenas sufrieron ante un Lleida que atraviesa una grave crisis deportiva y extradeportiva y dejó ver su nerviosismo y frustración perdiéndose en protestas y acciones feas que les cargaron de tarjetas amarillas.

Con el pitido del árbitro, se dio fin a la crisis ibicenca y la Peña regresó a puestos de playoff. Con 20 puntos está a cuatro del Teruel, que domina el grupo III desde hace varias jornadas.