El entrenador del CB Sant Antoni, Carlos Flores; el presidente, Marcos Páez; y el jugador y director deportivo, Jordi Grimau, posan con un balón en Can Coix. | Marcelo Sastre

El CB Sant Antoni parte esta tarde hacia tierras vascas para enfrentarse al partido más importante de su historia. Los ibicencos jugarán mañana (18.30 horas) en Amorebieta ante el Teknei Bizkaia Zornotza la final de la Copa LEB Plata entre los dos campeones de la primera vuelta del grupo Este y Oeste. El presidente del club, Marcos Páez Roselló (Sant Antoni, 20-07-1972), el entrenador, Carlos Flores Serrano (Barcelona, 26-01-1989), y el director deportivo, jugador y capitán, Jordi Grimau Gragera (Barcelona, 17-06-1983) recibieron ayer a Periódico de Ibiza y Formentera para analizar esta final y el presente y futuro de un club que está en pleno crecimiento y sigue haciendo historia.

—Llega la final de la Copa LEB Plata, el momento más importante de la historia de este club.
—Marcos Páez (M. P.): Pues sí. Con la trayectoria tan corta que llevamos en el deporte semiprofesional, creemos que es un momento histórico tanto para el club como para la propia isla. Haber llegado tan pronto a una cita como esta… Vamos a disfrutarla mucho y a ver si hay suerte y nos la podemos traer para aquí.
—Jordi Grimau (J. G.): Sí, en la misma línea. Creo que es un momento para que disfrutemos. No sabemos cuándo se va a volver a repetir o si se volverá a repetir. Así que empujando todo el mundo, desde los jugadores a todo el entorno que nos sigue de cerca, que sea un fin de semana para disfrutar, más allá de lo que consigamos hacer. Creo que es una final que es un premio a una muy buena primera vuelta, celebrado un poco con posterioridad por el tema del COVID-19. Es un premio que debemos disfrutar y que nos debe servir de aliciente para lo que queda de temporada.
—Carlos Flores (C. F.): Lo bonito de esto es reconocer el esfuerzo que han hecho los chicos para llegar a este momento y poder regalarle a la afición un partido bonito, disputado, en el que demos toda nuestra energía. Debemos ser capaces de disfrutar de una final, que es algo muy nuevo para el club, para la mayoría de jugadores y para mí. Vamos con la máxima ilusión y la máxima ambición posible para afrontar este momento que nos hemos ganado con muchísimo esfuerzo.

—No sé si cuando empezó el curso se llegó a pensar en la posibilidad de jugar esta final. Si era algo que el club tenía en mente como una posibilidad. Ser campeones de invierno y llevarse este premio.
—C. F.: No, no era un objetivo. No era un objetivo real al principio. Nosotros queríamos ir partido a partido y llegar a las 10 victorias que más o menos te garantizan la permanencia. Intentar conseguir la permanencia lo antes posible para poder mirar después hacia arriba. Pero nos encontramos que en el tramo final de la primera vuelta teníamos las opciones reales y el equipo fue a por ellas sin ser en ningún momento una presión para nosotros. No era un objetivo, era un premio.
—J. G.: Tal cual dice Litos. Sería mentir si dijésemos que era algo que teníamos a la cabeza. Se fue dando, fuimos capaces de hacer una serie de victorias muy grandes durante esa fase de la temporada que nos impulsó a tener opciones y el partido que teníamos que ganar para cerrarlo, lo ganamos con autoridad en Menorca. Creo que es algo merecido y lo tenemos que disfrutar.
—M. P.: A nivel institucional, de club, en ningún momento lo pensamos. Cuando nos sentamos en julio a hacer la planificación de la temporada ni lo teníamos en el calendario previsto. Ha sido una grata sorpresa y es una maravilla. Hay que disfrutarlo muchísimo.

—¿Qué supone esto para el club, la isla y Sant Antoni, en particular?
—M. P.: A nivel de imagen de lo que viene siendo el proyecto es un empujoncito más para que la marca Sant Antoni siga traspasando la fronteras de la insularidad, algo que ya está pasando. Empezamos a tener seguidores fuera de la isla que por una cuestión o por otra sienten afinidad con la filosofía del club. Esta final nos va a dar más fuerza para seguir trabajando en esta línea que creo que es la correcta. Es la línea del aumento social semana tras semana que se está demostrando en Sa Pedrera. De cara a los playoff, esto puede ser una razón más para seguir creciendo en este sentido. Si estamos trayendo 600, que puedan ser 800, 900 o los que hagan falta. Que cada vez venga más gente a este proyecto que creo que está siendo muy bonito.

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—Desde un punto de vista deportivo, ¿qué final esperan?
—J. G.: Se está viendo que en esta liga y estas alturas, donde los equipos de abajo se han reforzado, los que están arriba están teniendo algún pequeño bajón… Es una liga muy competida en la que es muy difícil situarse. Aunque tengas una clasificación y una referencia de lo que ha pasado hasta el momento, creo que la actualidad es diferente. En los dos grupos, prácticamente todos los equipos de abajo tienen series de victorias buenas, ganando a los primeros clasificados. En definitiva, conocemos Zornotza por lo que les hemos estudiado, pero a un partido entre dos equipos que no han competido el uno contra el otro y en este momento de la temporada… creo que está todo bastante abierto a que pueda pasar cualquier cosa.
—C. F.: Yo sin duda creo que va a ser un partido muy duro físicamente. Los dos equipos nos parecemos mucho posición por posición y creo que el planteamiento del partido por parte de los dos entrenadores va a ser ese. Ir desde el primer minuto muy fuertes a por el partido, intentar entrar muy bien y, a partir de ahí, intentar gestionar una ventaja en el marcador no solo a nivel de puntos, también a nivel emocional, ya que ellos juegan en casa y eso puede ser un factor determinante tanto a favor para ellos como en contra si somos capaces de ponernos por delante. Va a ser un partido muy igualado, va a estar muy abierto, va a ser un encuentro muy duro físicamente porque somos dos equipos fuertes tanto en posiciones interiores como exteriores. A partir de ahí, el equipo que sea más valiente va a ser el que lo saque.

—Tras una racha de victorias espectacular, ahora, al equipo le está costando un poquito más.
—C. F.: Sí, todo viene un poco desde el parón por covid. Estuvimos prácticamente un mes sin competir, con muy pocos entrenamientos y esta enfermedad a veces afecta a los jugadores de una forma determinada. No hemos sido capaces de arrancar con esa energía que al principio de temporada nos hacía diferentes. Aún así, creo que el equipo está compitiendo cada vez mejor, está cogiendo el ritmo. Creo que al final no debemos ser alarmistas. Tenemos 14 victorias. Llevamos toda la temporada compitiendo por estar arriba del todo, seguimos ahí y somos un equipo nuevo en la categoría. De momento, el mejor de los recién ascendidos y debemos estar orgullosos y seguir hacia adelante y con la misma línea de trabajo.
—J. G.: No queda mucho que añadir. A veces, en el mundo del deporte nos empeñamos en darle muchas vueltas y no tienes más que ir pasando partidos e intentar recuperar esa energía que nos hacía distintos. No hay un botón que puedas apretar y solucionar el hecho de haber perdido algún partido de más. El deportes es un poco así. A veces, te tienes que quedar en un análisis un poco más superficial. El último partido fue un encuentro que planteamos bien contra un equipo que ha ganado cuatro de los últimos cinco. Puedes pensar que es un equipo de la zona baja, pero vamos allí y es un equipo que está en racha que te mete 12 triples con un 50 % de acierto… Nosotros planteamos el partido que queríamos, seguimos el plan del partido y no fuimos capaces. A partir de ahí, estamos intentando que estos análisis sean lo más rigurosos posibles, pero también hay que aceptar que a veces el rival está mejor y te gana. Te gana y hay que ir a por el próximo partido. Confiamos en que el equipo llegue bien a las eliminatorias de playoff de ascenso y estamos contentos y felices de como ha ido hasta ahora la temporada. Creo que llegaremos bien al playoff y nadie querrá cruzarse con nosotros.

—Más allá de resultados, más allá de la final de la Copa, si hay algo que destaca es la buena entrada que se registra en Can Coix en cada partido.
—M. P.: Pues sí y la verdad que ha sido algo muy premeditado. Desde julio hicimos una estrategia para ver cómo podíamos lograrlo. A parte del tema deportivo, que es un equipo muy divertido de ver y la gente que viene se lo está pasando muy bien, se están creando una serie de microambientes dentro del pabellón. Tenemos nuestra peña, se hacen conciertos en el exterior… al final se trata de una tarde de diversión a la que están viniendo desde familias con sus niños y acompañados de sus abuelos a gente joven. Hay un abanico muy amplio que cada vez crece más porque el que viene se lo dice a su círculo y vuelve con más gente. Está siendo muy divertido y estamos muy orgullosos de lo que se está consiguiendo. Es muy difícil mover a la gente en esta isla y se está consiguiendo. Estamos intentando que esta gente que nos acompaña no dependa del resultado deportivo. Que se cree un sentimiento de: cada 15 días juega el Basket Sant Antoni e independientemente de si gana o pierda yo quiero subir allí porque me lo paso bien. El ambiente está siendo maravilloso y es de agradecer el seguimiento que está habiendo por parte de toda la isla, que tanta gente se una en torno a un único escudo es algo que ha pasado muy pocas veces en Ibiza.

—Está claro que la gente tenía ganas de baloncesto.
—M. P.: Sí, llevábamos unos añitos que el tema estaba un poco dormido y a la gente que le ha gustado este deporte siempre está volviendo a despertarse y te dice: teníamos muchas ganas de que volviese a haber baloncesto en la isla. Además, se encuentran los unos con los otros después de años sin verse y el runrún es ese, que ojalá que esto perdure en el tiempo. Yo creo que lo estamos cimentando bien para que solidifique y se quede implantado, siempre mirando de esta categoría hacia arriba y creo que vamos a trabajar muy bien en el futuro.
—J. G.: Estamos muy contentos. Para mí es un gustazo. Llevo un montón de años viniendo a la isla, mi familia es del pueblo, mis hijos han nacido en Ibiza y te puedes imaginar… Cuando di el paso a quedarme a vivir en la isla y me dan la oportunidad de poder seguir dedicándome a lo que he hecho toda la vida y en menos de dos años poder salir de aquí un sábado con 500 o 600 personas. La verdad que es algo que soñamos al principio, cuando elaboramos el proyecto, y ahora se está cumpliendo. Seguramente eso es lo más importante y bonito de lo que estamos haciendo. Más allá de que ganemos 14, 15 o 20 partidos, lo mejor es ver a toda esa gente. Salir del pabellón y estar una hora, incluso dos, hablando con la gente en la puerta, comentando el partido. Gente de 60, 50, 40, 20 años, con niños jugando por aquí… Para mis propios hijos con sus amigos es el mejor día de la semana. Creo que es un ambiente precioso y nuestro empeño es mejorar cada vez más a nivel deportivo, pero, sobre todo, a nivel de comodidad y de disfrute para toda la gente que venga a vernos.

—Y ya la última, ¿cuál es el techo de este proyecto?
—J. G.: Nuestro techo debe ser ir viendo el cielo. Como un techo de estos coches que se abre y se cierra cuando nos interese, pero nunca dejaremos de ver el cielo o de soñarlo porque creo que sería poner barreras que no necesitamos. No somos tan cretinos para pensar que vamos a estar en LEB Oro o en ACB cuando no toque, pero tampoco nos vamos a conformar. No lo hicimos el año pasado en EBA y tampoco lo hacemos este en LEB Plata. No sé cuánto se va a tardar, pero nuestro objetivo es tener el baloncesto profesional de máximo nivel en la isla. No sé cuántos años implica eso y si será posible, pero el empeño y el objetivo del club va a ser ese hasta que no tengamos más fuerzas o capacidades.