Diop se retira cabizabajo tras caer ante el Amorebieta. | EDUARDO AGREDA

La llegada de Paco Jémez fue un soplo de aire fresco para la UD Ibiza. Tras una serie de malos resultados, el técnico levantó al equipo y ofreció una versión alegre y descarada que se tradujo en goles, muchos goles y puntos. El subidón fue total y el equipo pasó de luchar por el descenso a soñar con alcanzar los puestos de playoff. Esa euforia ya se ha esfumado y el propio Jémez pidió este fin de semana que se dejase de hablar de jugar la promoción de ascenso, que se habían escapado muchos puntos y oportunidades. Los celestes atraviesan su primera crisis con Paco Jémez y son ya cinco partidos sin ganar.

Atrás quedan ya esa arranque fulgurante de la segunda vuelta con tres victorias consecutivas (Fuenlabrada, Alcorcón y Málaga) a los que acompañó un empate ante el Zaragoza. Se perdió en Almería, pero se volvió a ganar ante el Cartagena. Nueva derrota en Tenerife, pero otros tres puntos contra el Huesca. Can Misses volvía a ser un fortín y los puntos iban llegando. Dos derrotas ante rivales de la zona alta entraban dentro de las cuentas. La ilusión por el playoff era cada vez mayor.

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Se fue a Ponferrada a jugar un partido clave y se empató, pero dando una muy buena imagen. Todo marchaba, o eso parecía. El empate contra el Leganés dejó las primeras dudas, pues fue un partido en el que el juego alegre desapareció. La goleada recibida en Girona fue un palo duro y el equipo se cayó. Como dijo el propio Jémez, desaparecieron muchas de las cosas que se hacían bien y contra la Real Sociedad B, la UD Ibiza ofreció una mala imagen. Superados por el filial durante los primeros 45, la falta de pegada donostiarra fue castigada por la efectividad celeste que consiguió darla la vuelta al partido. El gol de los vascos en el descuento fue un jarro de agua fría.

El agua fría se convirtió en agua helada en Lezama. La peor versión celeste salió a relucir ante el Amorebieta, un equipo exigido, en puestos de descenso, que pasó por encima a los de Jémez en el que fue el peor partido de la segunda vuelta. La crisis está instalada y es momento de frenar, sentarse y analizar los motivos que han hecho que la luz se convierta en oscuridad. Lo más importante es que el propio Jémez reconoció esto y en la rueda de prensa posterior al partido reconoció que tocaba levantar al equipo e intentar recuperar las muchas cosas que hacía bien el equipo.

Se encaja demasiado
El principal problema está siendo la sangría de goles que está recibiendo el equipo. En casi todas las jornadas encaja. Solo el Málaga se quedó sin ver portería ante los celestes en esta segunda vuelta. Las cifras preocupan aún más si se analizan las últimas tres jornadas en las que han llegado 10 goles.
El futuro no es el más halagüeño. El próximo rival que se visitará Can Misses es el Eibar, el líder de la categoría. Los vascos son, además, el segundo mejor visitante de la categoría, perdiendo solo cuatro de los 17 partidos que han jugado fuera de su estadio. Si bien es cierto que los celestes todavía no han caído como locales desde que Paco Jémez se sienta en el banquillo.