Anquela, en rueda de prensa. | UD IBIZA

«Me he encontrado un buen equipo, de eso no tenía la más mínima duda. La gente está con ilusión, con ganas de aportar e intentar sumar que es lo que más nos interesa». Así ha comenzado Juan Antonio Anquela la rueda de prensa previa al partido de mañana (21.00 horas) contra el Burgos. El nuevo técnico de la UD Ibiza se ha mostrado confiado con el nivel de su equipo para lograr los tres puntos en su primer encuentro en el banquillo.

Al ser cuestionado por si en tan poco tiempo había logrado imprimir algo del sello Anquela, ha respondido: «No sé cuál es ese sello. El sello de todos los entrenadores es el mismo, ganar y competir. Aquí había una buena estructura y un buen equipo y lo único que falta es un poco más de convencimiento. Lo demás ya lo tenían trabajado y mecanizado bastante bien».

Ese misma línea, sobre si piensa cambiar muchas cosas en su primer encuentro, ha señalado: «Aquí ya está todo inventado. La diferencia, ojalá Dios quiera, el acierto. Vamos a plantear un equipo que compita y que haga las cosas lo mejor posible. En Segunda cualquier equipo puede ganar en cualquier campo. Nosotros podemos ganar en Burgos. Lo tengo clarísimo. No será fácil, nos tenemos que dejar el alma y no cometer errores». Eso sí, ha dado a entender que los más experimentados deben dar un paso al frente: «Lo normal es que si un equipo tiene problemas, estos los solvente la gente que tiene peso. Pero me es igual la edad, jugarán los que tengan que jugar, pero lógicamente buscaremos que se coma el marrón la gente que tiene que comérselo».

También ha afirmado que para él, David Goldar «cuenta y mucho» y va a «poner los que creo que tengo que poner». «Espero que se vea un equipo serio, ordenado, que sepa lo que hay que hacer con balón y sin balón. Yo tengo una máxima y es que sin jugar bien, no se puede ganar, jamás», ha apuntado.

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Un rival complicado

Sobre el Burgos, equipo relevación de esta temporada, ha dicho: «¿Revelación? Para mí no. A mí no me extraña lo que está haciendo el Burgos. Es un equipo serio, ordenado, que sabe a lo que juega y aquí no se regala nada. No le habían metido goles. ¿Por qué? ¿Por suerte? Yo creo que no. Por mucho trabajo, por mucha constancia y por saber lo que se quiere. Eso en Segunda División es el 70 % del trabajo. Saber lo que se quiere y si lo lograr conseguir estás cerca del éxito».

Así pues, considera que es un espejo en el que mirarse, pero con matices: «En el Burgos hay que mirarse en todo, pero cada uno tiene su personalidad. Aunque te mires al espejo y digas yo quiero ser como ese. No sé, quiero ser como David Beckham, pero yo no soy Beckham, yo mido medio metro, soy chiquitillo y moreno. Cada uno tiene su manera de jugar. Pero en este espejo es mirarse en la ambición, en las ganas de competir y en el convencimiento de hacer un trabajo cómo ese equipo».

Por último, ha confesado que en estos primeros días ha trabajado más el aspecto mental: «Hemos intentado levantar el ánimo porque siempre que hay una situación así se traumatiza el vestuario. Es doloroso que alguien que empieza contigo no acabe. Hemos trabajado lo que hemos podido y los jugadores saben lo que queremos y si no lo hacemos es que no somos dignos de competir en esta categoría. Si no hacemos lo que hay que hacer no vamos a competir y no vamos a ganar».