Varios jugadores de la UD Ibiza, atentos a unas indicaciones durante un entrenamiento. | UD Ibiza

Una final. Un partido más importante de lo que puede parecer a estas alturas de la temporada. Un choque que inclinará la balanza hacia el optimismo o el pesimismo, que puede encender la llama de la esperanza u oscurecer el futuro. Así se presenta el encuentro en Albacete (Carlos Belmonte, 14.00 horas) para la UD Ibiza, colista de Segunda División que necesita duplicar en media temporada el número de puntos cosechado hasta ahora. No queda otra para conseguir la permanencia.

El enfrentamiento de este domingo por la tarde cierra la competición liguera en este 2022 y los celestes necesitan ganar o ganar. Prácticamente, esa es la única palabra que debe existir en su vocabulario, el camino que marca su hoja de ruta de aquí a final de campaña. En los últimos 10 años, la permanencia se ha conseguido con un promedio de 48 puntos y la Udé, ahora mismo, tiene 16. Eso significa que tiene que mejorar, y mucho, sus prestaciones desde ya si no quiere tomar rumbo a Primera RFEF.

El problema es que nunca hay partido fácil para un farolillo rojo y cambiar el chip también es una misión complicada. Como muestra, un botón. La UD Ibiza ha tenido cuatro técnicos distintos dirigiendo partido este curso: Javier Baraja, Juan Antonio Anquela, el interino Carlos Sánchez y Lucas Alcaraz.

A pesar de que todos los duelos son complicados, algunos lo serán más que otros y el de este domingo es precisamente uno de dificultad elevada. No en vano, el conjunto manchego roza las posiciones de playoff, de las que sólo tres puntos le separaban antes de arrancar esta vigesimoprimera jornada de LaLiga SmartBank.

Con todo, hay un dato esperanzador al que agarrarse. Y es que los pupilos de Rubén Albés no son precisamente los más fiables en casa. De hecho, les está yendo mejor a domicilio que en el Carlos Belmonte, donde suman tres victorias, cinco empates y dos derrotas con un balance de nueve goles a favor y ocho en contra. Eso sí, el problema es que los de Can Misses tampoco es que sean fiables lejos de su feudo. No en vano, son el peor equipo a domicilio de Segunda con un bagaje de un triunfo, un empate, siete derrotas, cuatro tantos a favor y 14 en contra.

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Otro handicap del equipo de Lucas Alcaraz se encuentra en el capítulo de bajas. Cristian Herrera no será de la partida al tener que cumplir un partido de sanción. Se trata de un contratiempo importante para el técnico celeste dado que el canario venía de marcar en los dos últimos encuentros y, con cinco dianas, es el pichichi de una Udé que está pagando caro el desacierto de sus ‘nueves’ de referencia. Entre Ekain (dos), Darío Poveda (uno) y Castel (cero) suman tres goles en lo que va de Liga, un argumento más de los motivos por lo que el equipo está en zona de descenso.

Para suplir a Herrera, lo más normal es que Lucas Alcaraz apueste por Darío Poveda en punta junto a Ekain. No hay que olvidar que el canario había ocupado esa posición de inicio en la última jornada en lugar de jugar en banda. La lista de bajas la completan Gálvez y Castel, ambos lesionados.

Por su parte, el Albacete afronta este duelo con las bajas de los defensores Emmanuel y Javi Jiménez, el primero por un proceso vírico y el segundo por lesión, y la del centrocampista Riki, sancionado por acumulación de cartulinas amarillas.

La entrada de Fran Álvarez por Riki en el centro del campo y el regreso de Higinio a la punta de ataque en lugar de Duba podrían ser las novedades en la alineación del Albacete.

Con este panorama se presenta el duelo entre los albaceteños y los ibicencos. Los primeros quieren seguir soñando con el playoff, mientras que los segundos necesitan reaccionar ya para ver algo de luz desde un pozo donde, por ahora, primera la oscuridad.