Alejandro Díaz, celebrando una victoria.

Alejandro Díaz Tirado (Ibiza, 15-05-2002) sueña con los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028. Sabe que todavía quedan muchos años, pero que no debe relajarse pues debe seguir mejorando como jugador para poder alcanzar esa importante cita. Eso sí, también tiene claro que si no encuentra patrocinadores que le ayuden en su camino le costará mucho poder estar a la altura de los mejores palistas del mundo.

Este joven jugador de tenis de mesa nació con el síndrome de Rothmund-Thomson, una malformación en las manos, donde tiene sólo cuatro dedos en ambas, y muy poca rotación de las muñecas. Lleva ya varios años jugando a este deporte y los resultados no se están haciendo esperar.

Antes del tenis de mesa empezó con la natación, algo que le ayudó mucho con las manos. Ya desde pequeño tuvo que pasar por el quirófano para intentar mejorar su movilidad. A los 10 años fue cuando conoció el tenis de mesa en unas promociones en el colegio Poeta Villagómez. Por aquel entonces, Alejandro estaba en silla de ruedas porque se había fracturado varios dedos del pie. «Disfruté mucho en esas promociones y el entrenador, José Ramírez, me dijo que se me daba muy bien. Este fue a hablar con mi madre y le dijo que cuando estuviese recuperado del pie que fuese a probar con los entrenamientos», recuerda. Eso fue lo que hizo y así comenzó su historia con el tenis de mesa.

«Desde que empecé he intentado mejorar cada día más y, aún teniendo mis limitaciones, siempre he luchado para seguir adelante, ya que en esta vida no se le regala nada a nadie y menos a nivel deportivo. Una persona con discapacidad no es menos por tener limitaciones. A mí desde pequeño mi familia me ha enseñado a no rendirme nunca, siempre me han dicho que todo lo que me proponga lo voy a poder conseguir», asegura el joven palista, que siempre ha querido ser un referente y un espejo para otras personas.

Selección española

Ahora, con una década con el tenis de mesa, su buen hacer le ha llevado a la selección española. No en vano es el número uno de España en clase 8 y el 46 del mundo. Además, desde 2022 pertenece al grupo becado del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona) donde entrena unas cinco horas diarias. «Entreno con las categorías inferiores de la selección española sin discapacidad y podría decir que estoy mejorando muchísimo tanto a nivel de juego como a nivel psicológico que es muy importante para este deporte», señala. Además, también juega la liga nacional contra gente sin discapacidad, lo hace en las filas del Portmany.

En cuanto a su palmarés, en 2022 ha sido campeón de Europa júnior por equipos, campeón de España individual de la clase 8, subcampeón de España por equipos y en dobles, subcampeón estatal individual. También fue subcampeón estatal en 2019 y en 2021, en su primera participación con la selección española, se colgó la medalla de bronce tanto a nivel individual como por equipos.

El miedo que tiene Alejandro es que estos trofeos no puedan aumentar si no encuentra patrocinadores. «Necesito que me ayuden a nivel económico para poder participar en más campeonatos internacionales, material deportivo y así poder seguir subiendo en el ránking y seguir cogiendo experiencia para poder llegar lo más lejos posible», concluye.