Jordi Grimau en las instalaciones de Can Coix. | Marcelo Sastre

El Class Bàsquet Sant Antoni ya tiene cerrada la plantilla con la que peleará por el sueño del ascenso a LEB Oro. El mercado de fichajes se cerró con el adiós a febrero y la llegada de Rafa Casanova y la salida de Ale Zurbriggen fueron los únicos movimientos que se han hecho en estos últimos días para redondear una plantilla que está dando un nivel muy alto y que llega al tramo final de liga con todas las aspiraciones intactas. El jugador y director deportivo, Jordi Grimau (Barcelona, 17/06/1983), no quiere lanzar las campanas al vuelo, pero está más satisfecho con el grupo que se ha formado y muestra su ambición de cara al futuro.

Mercado cerrado y plantilla cerrada para pelear por ese sueño que se han ganado en la pista.

—Sí, la verdad que las cosas van bien hasta el momento. Hemos hecho un par de incorporaciones para intentar darle un plus más a la plantilla y, llegados a este punto, consideramos que el equipo está lo suficientemente maduro y compitiendo a buen nivel. Estamos ilusionados y siendo conscientes de que hemos conseguido algo difícil, que es crear una familia y un grupo unido que compite bien y con ello vamos a ir a muerte hasta el final.

Desde su faceta de director deportivo, ¿cómo ve la plantilla que se ha formando? ¿Le ha faltado poner la guinda?

—Bueno, como decía, creo que el valor más grande de esta plantilla es haber conseguido construir un equipo. Al final del año pasado, nos pasó factura. A pesar de que había buen ambiente de trabajo y gente profesional, no conseguimos darle ese plus que ahora sí tenemos, que es estar compitiendo con un grupo de jugadores que se ha convertido en equipo. Es un grupo de jugadores que hemos conseguido conjuntar, que cada uno acepta su rol, que hemos conseguido que un día juegue bien uno, que otro día sea otro, que el que no juega está en el banquillo aplaudiendo y el lunes entrena igual de fuerte que el que más ha jugado. Son pequeñas cosas que al final pueden ser determinantes en un playoff o un momento determinado de un partido. Esa es nuestra fortaleza. No hay un jugador que destaque por encima del resto. No hay ninguna estrella. Nos hace fuertes tener 11 o 12 jugadores con capacidad de ser importantes en cualquier partido.

Sí es cierto que hay nombres que están destacando y que ha sido todo un acierto sus fichajes como Dani de la Rúa, que ya venía con la vitola de gran jugador, y Vinicius da Silva, que era más una apuesta y está siendo un jugador dominante en la liga.

—Sí, el caso de Vini fue una apuesta por un jugador que condicionaba bastante la estructura deportiva porque es extracomunitario, muy joven, porque requiere un volumen de trabajo personal con él muy grande y venía de un par de años no especialmente buenos para él a nivel personal y deportivo. Entonces sí que tenía un componente de apuesta, aunque teníamos mucha confianza en que podía ser un jugador importante. Es verdad que es importante y que puede ser determinante, pero no es menos verdad que, a su manera, depende del trabajo del resto de compañeros. Vini sin De la Rúa o Haro dándole balones, sin el juego de equipo cuando está él en el campo… Sus números son destacados, pero él destaca gracias al trabajo de los demás y esa es una fortaleza que tiene este grupo. Por ejemplo, Dani es un jugador importante a nivel estadístico, pero te puede acabar un partido con tres puntos porque hay otro compañero. Estas pequeñas cosas son las que nos hacen fuertes.

Cuando se habla de un proyecto, lo más importante es la estabilidad. La renovación de De la Rúa, un jugador clave, es un signo de buena salud.

—Sí, es importante para nosotros la estabilidad y la tranquilidad de poder trabajar en un ciclo corto de los próximos dos o tres años. Ahora, lo vemos claro. El crecimiento del club está siendo sostenible, está siendo sano. El apoyo de la pequeña y mediana empresa y patrocinadores más grandes está siendo bueno. Nosotros no nos paramos, seguimos buscando porque tenemos claro que cuanta más ayuda tengamos, más rápido será este crecimiento. Hace tres años dijimos que no éramos un proyecto para estar en Liga EBA y tenemos la ilusión y el sueño de que no sea un proyecto de estar muchos años en LEB Plata. Si algún día estamos en LEB Oro nos reciclaremos para seguir creciendo. Esta siempre ha sido nuestra idea y nos está yendo bien. El apoyo de los patrocinadores está siendo importante y ahora toca seguir peleando con las instituciones para que pongan la instalación al nivel de lo que toca y que las ayudas lleguen en tiempo y forma.

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Esto último suena a palito.

—No, palo no. Nosotros trabajamos mucho y muy en serio y con mucha previsión de tiempo. Nos gustaría que llegado el momento no vayamos tarde y no haya problemas de tiempos. Los momentos y las formas de los acuerdos con las instituciones siempre han sido complicados, pero no para nosotros, para todos. Llevan un tiempo y normalmente las ayudas de una temporada llegan la siguiente y eso puede generar una problemática en equipos pequeños. Nosotros no estamos pidiendo más dinero, pero sí estamos haciendo un trabajo bueno y cada vez llevamos más gente a sa Pedrera. Estamos haciendo un buen trabajo social, la cantera en dos años ha crecido en más de 30 niños. Creo que lo que vivimos en sa Pedrera también es un poco de servicio a nuestro pueblo y a la gente que le gusta el baloncesto en la isla y creo que hay que darle un valor.

¿No están llegando las ayudas o se refiere al tema de las gradas para ampliar el aforo y mejorar la instalación?

—No, no. Las ayudas están llegando, pero a todos los clubes nos gustaría que llegasen de manera efectiva a la temporada que se corresponde. Creo que hay un margen de mejora en las formas para que los equipos podamos tener estas ayudas en la temporada y cuadrar los presupuestos.

¿Y lo de las gradas?

—Pues creo que está avanzando, creo que ya ha venido alguna empresa a ver la instalación y presupuestar la obra. Para este año ya no podrá ser como habíamos pensado, pero confiamos que de cara a la próxima temporada sí podamos tener esa ampliación que la convertiría en, si no la mejor, una de las mejores instalaciones de la isla, dando al municipio la opción de albergar cualquier tipo de espectáculo o campeonatos de cualquier disciplina.

Regresando al tema deportivo, al inicio del curso parecía que estaba prohibido hablar de ascenso, pero ahora no se le puede dar la espalda a la realidad.

—Nosotros siempre hemos vivido muy al día y desde la humildad. Nunca hemos escondido que nuestra ilusión es plantearnos cuál es el siguiente paso. El siguiente paso a LEB Plata es LEB Oro. No decimos que este ascenso deba ser en los próximos meses, quizás no sea el año que viene, pero la mentalidad del proyecto es no conformarnos. La idea no es pensar en estar 10 años en LEB Plata, siempre queremos ir un pasito más adelante. Nuestro sueño es el ascenso, pero eso no significa que no conseguirlo sea un fracaso. No hay que olvidarse de dónde venimos. Las cosas están yendo muy bien, pero también nos estamos preparando para cuando no sea así.

¿Puede ser el Sant Antoni campeón?

—Matemáticamente sí. Dependemos de nosotros mismos. Si ganamos todos los partidos lo seremos, pero lógicamente hay una dificultad enorme detrás de esto y sería conseguir una racha de 10 partidos ganados y no se ha dado en la competición hasta el momento, lo cual habla de lo complicado que sería conseguir algo así. Lo bonito es que a estas alturas de la temporada estamos arriba y nos vemos capacidad de soñar con ello.

El apunte

Los 12 hombres que pelearán por hacer historia con el Sant Antoni

Magnus Mollgaard, Aleix Haro, Erving Jonats, Byron Richards, Javi Medori, Dani de la Rúa, Adnan Omeragic, Janis Kaufmanis, Vinicius da Silva, Jordi Grimau, Pau Carreño

y el último en llegar, Rafa Casanova, son los nombres de los 12 jugadores del Class Bàsquet Sant Antoni que dirigidos por Carles Flores y su staff técnico pelearán esta temporada por intentar el ascenso a LEB Oro. No es una empresa para nada sencilla pues hay equipos con mayor potencial económico y con plantillas muy poderosas, pero los de Sant Antoni se han ganado en la pista el derecho a soñar con todo. A falta de seis jornadas son segundos y están a tan solo una victoria del Prat, equipo que domina el grupo Este. Tras una semana de parón, la competición regresa este fin de semana con un encuentro en sa Pedrera. Los portmanyins se miden al Salou, un equipo de la zona baja. Después viajarán a Huesca, un rival que pelea por entrar en playoff. El siguiente en casa será el Cornellà, el que es sobre el papel el más duro de los equipos que tienen que pasar por Sant Antoni en este tramo final. Acto seguido viajarán a Canarias para medirse al filial del Gran Canaria, un equipo que llegó a liderar la competición, pero que ahora encadena nueve derrotas seguidas y peligra su participación en playoff. El 1 de abril, en la penúltima jornada y también fuera de casa, llegará ese duelo que podría ser clave. El Sant Antoni visitará a el Prat. La liga se cerrará en casa ante el Godella.