Paco Jémez revolucionó el equipo para este partido, buscando una nueva fórmula con la que poner fin a esa racha de cuatro partidos consecutivos sin ganar. El técnico apostó por una línea de tres centrales atrás y no alineó ningún lateral. Todo lo demás eran centrocampistas y atacantes.
Quedaba claro que la idea era atacar al máximo y no tardó Gallar en exponerlo en el campo. No se había cumplido el primer minuto de juego cuando recortó en el lateral del área y buscó un pase de la muerte que entre un defensa y el portero abortaron.
El conjunto marbellí replicó en el minuto nueve con una ocasión clarísima de gol. De hecho, era más difícil fallar que marcar. Guillem se tragó una pelota por alto y Ohemeng entró como Pedro por su casa en el área, donde decidió asistir a un Tahiru que, solo y sin oposición, mandó la pelota fuera. El delantero y sus compañeros se echaron las manos a la cabeza.
Dicen que el que perdona lo acaba pagando y eso mismo fue lo que le ocurrió al cuadro andaluz. Un minuto después, Guillem se resarció de su error con un disparo lejano que, tras rebotar en Espinosa y cambiar de dirección, se alojó en el fondo de las mallas.
Medido este primer periodo, Mo Dauda desperdició un pase de la muerte de Bebé y todo cambió a partir de entonces. Y es que el Marbella no arrojó la tolla y remontó antes del descanso.
En el minuto 25, una pérdida de Gallar en la medular permitió un ataque rápido de los locales que Tahiru convirtió en el 1-1 con un zapatazo desde la frontal del área. En el 36’, un error de Guillem a a la hora de pasar con la cabeza la pelota al portero estuvo a punto de costar el segundo tanto de los marbellíes, pero Ramón Juan acertó a desbaratar el remate de su rival.
No pudo hacer nada el portero en minuto 41. Una falta sacada en largo se la tragó Monjonell y Tahiru aprovechó el regalo para, solo ante el portero, batir la portería por el palo corto y firmar el 2-1 con el que se llegó al descanso.
Tras el asueto, el Marbella no tardó en generar peligro. Tras apenas un minuto y medio, Soto se sacó un chut desde la frontal que Guillem desvió a córner cuando llevaba marchamo de gol. El conjunto local estaba bien plantado y no pasaba apuros.
La Udé estaba desaparecida en combate y Jémez se vio obligado a mover el banquillo. No le quedaba otra. Astals y Quique entraron por Gallar y Del Olmo. Los ibicencos fueron poco a poco adueñándose del balón y llevando el peso del partido, pero el problema era que no generaban peligro.
Gori, que se topó con el portero, y Bebé, que lanzó una falta por encima del travesaño, buscaron la igualada sin suerte. Los marbellíes se dedicaron a defender y buscar la contra, y lo cierto es que sí asustaban con ellas. Así, por ejemplo, Jorge Álvarez lanzó un obús a las nubes en un buen contragolpe en el minuto 78.
El técnico visitante metió más pólvora con la entrada de López-Pinto por Gori, pero ni por esas reaccionó el equipo. Es más, los dos acercamientos de mayor peligro en la recta final los protagonizaron los locales. Álex López chutó al larguero y Pablo Muñoz falló un mano a mano contra el portero, al que, con todo el tiempo del mundo para pensar, intentó picar la pelota. El cuadro andaluz no tuvo que arrepentirse de este clamoroso error. Los minutos pasaron con más pena que gloria sin que la Udé pudiera nivelar la balanza. De esta forma, el conjunto unioniosta encadena su quinta jornada consecutiva sin ganar y se complica el objetivo de la primera plaza.
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