No ha sido una carrera agradable para el joven piloto madrileño. | Reuters

El piloto español Carlos Sainz (Renault) explicó que estuvo cerca de "vomitar" durante la primera prueba del Mundial 2018 de Fórmula 1, un Gran Premio de Australia en el que finalizó décimo y en el que sufrió un problema con la "bomba de agua" que le hizo tener una "carrera muy incómoda" que le generó malestar desde las primeras vueltas.

"Los problemas han sido consecuencia de todo lo demás. Si no vas cómodo y no te encuentras bien, no puedes ir apretando y al límite, y eso es lo que ha pasado hoy. Estoy medio contento de haber salvado un puntito porque ha habido un momento de la carrera que casi me pongo a vomitar con el 'safety car'", declaró a los micrófonos de Movistar F1.

El madrileño aseguró que los inconvenientes con la "bomba de agua" le provocaron una ingesta de líquidos excesiva que le hicieron no encontrarse "cómodo", especialmente en los tramos de "curvas" y con la salida del coche de seguridad.

"Hemos tenido una carrera con la bomba de agua y el chorro me iba escupiendo agua a la cara todo el rato. Iba bebiendo demasiada agua y cuando ha salido el 'safety car' el líquido en el estómago se me iba moviendo y lo notaba mucho en las curvas. No me encontraba bien pero he llegado a la meta como he podido", detalló.

"Ha sido una carrera muy incómoda. Con las fuerzas G que tenemos este año, llevar el estómago lleno de agua y que te vaya bailando de lado a lado... No sé si ha sido un corte de digestión también, pero no me encontraba cómodo y me iba molestando mucho", añadió.

Por último, el piloto de Renault afirmó haberlo "intentado todo", pero volvió a insistir en que el malestar le impidió mostrar su verdadero nivel sobre el trazado de Melbourne. "Lo he intentado todo, tampoco iba súper cómodo con el coche, pero es difícil de evaluar cuando vas tan incómodo contigo mismo", finalizó.