Gianni Infantino, presidente de la FIFA, durante la rueda de prensa de este sábado.

A solo un día de la inauguración del Mundial de fútbol de Qatar y en medio de duras críticas hacia el país por su cuestionable defensa de los derechos humanos (entorno a las mujeres, el colectivo LGTBIQ e inmigrantes, entre otros), el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha emitido este sábado unas explosivas declaraciones, acusando a Europa de doble moral e instando a los países europeos a «pedir perdón durante los próximos 3.000 años».

Son ya decenas de artistas y personajes públicos los que han rechazado su participación en los actos del Mundial, a los que se suman las crecientes críticas en redes sociales y por parte de políticos y personalidades deportivas de la talla de Jürgen Klopp o Jorge Sampaoli, por la vulneración de derechos humanos en el país catarí. Ante la cascada de denuncias públicas y acusaciones, el presidente de la FIFA respondía ante los medios de comunicación en rueda de prensa: «Creo que por lo que los europeos hemos hecho en en el mundo en los últimos 3.000 años, deberíamos pedir perdón durante los próximos 3.000 años, antes de dar lecciones de moral». «Hoy albergo sentimientos muy poderosos. Hoy me siento catarí, me siento árabe, me siento africano, me siento gay, me siento discapacitado, me siento un trabajador migrante», ha asegurado antes de matizar que se trataba de una expresión de empatía. «Por supuesto que no soy catarí, árabe, africano, gay, discapacitado o trabajador migrante. Pero me siento como ellos porque sé lo que significa ser discriminado y acosado como extranjero en un país extranjero», ha indicado.

Casi 6.500 muertes de trabajadores

El diario británico The Guardian publicó una investigación en noviembre de 2021 que cerca de 6.5000 trabajadores, procedentes de Nepal, Sri Lanka, India, Pakistán y Bangladesh, habrían muerto durante la construcción de estadios e instalaciones para el Mundial. El país tan solo reconoce 32 de estas muertes. Amnistía Internacional ha denunciado que los trabajadores trabajan en regímenes de semi-esclavitud, con jornadas laborales de hasta 16 y 20 horas y con temperaturas diarias que rondan los 50ºC. A ello se le suma la vulneración de derechos humanos que sufren las mujeres, las personas LGTBIQ en Qatar. La semana pasada, Khalid Salman, embajador del país en la Copa del Mundo y exfutbolista, calificó la homosexualidad como «un daño mental».