El alemán se ha alzado con la victoria en un impresionante sprint.

André Greipel puso la guinda a una Challenge perfecta. El alemán recompensó con una vibrante victoria al sprint en Palmanova el trabajo de Vicenç Reynés, que le lanzó hacia el triunfo, y de un HTC Columbia que le rescató cuando un pinchazo a dieciocho kilómetros de meta, puso el peligro la estrategia de la escuadra estadounidense. La cuarta victoria parcial del mejor corredor del momento sirvió de lujoso epílogo de una edición que estrenó formato y contempló algunas de las mejores jornadas que recuerda en casi dos décadas de vida.
El ganador del Tour Down Under y de cuatro etapas en la Vuelta se llevó la guerra de sprinters abierta en la misma línea de salida, donde una tímida nevada dio la bienvenida a los ciclistas. Freire, McEwen, Rojas, Koldo Fernández o Cardoso, además de Greipel, exhibían las intenciones de los equipos implcados en la lucha por una victoria que cayó del lado de este último, sobrado en los últimos metros, en los que pulverizó con su potente pedalada las ilusiones de Koldo Fernández (Euskaltel) y Manuel Cardoso (Footon Servetto).

Calma

La jornada se presentaba apasionante. Cinco pasos de montaña y un final de vértigo hicieron que el grupo se lo tomara con calma. En plena resaca tras el espectáculo en Deià, con Horrach acaparando elogios y felicitaciones, el italiano Ermanno Capelli (Footon Servetto) aprovechó la coyuntura para, rumbo a es Capdellà, abrir hueco, con la permisividad de un pelotón más preocupado por el frío que por otras cosas.Las rentas del pupilo de Matxín fueron creciendo de manera exponencial. Rumbo a sa Coma, eran 2:26, manteniéndose en torno a los dos minutos en el primer paso por el Coll d'en Claret. Esa cota partió el pelotón en varias unidades, con Capelli todavía mandando. El grupo perseguidor tuvo en el veterano Jens Voigt (Saxo Bank) a su principal motor, recortando de forma escalonada la ventaja del, todavía, cabeza de carrera.

Neutralización
En el largo camino entre Valldemossa y Deià, la fuga llegó a su fin, y el grupeto formado por Voigt (Saxo Bank), Kolobnev (Katusha) o Peraud (Omega Pharma Lotto) vio cumplido su primer objetivo. Poco después, un activo Joan Horrach se incorporaba al mando de las operaciones, buscando resarcirse de la decepción (para muchos victoria moral) de horas antes.
La Vall de Sóller fue escenario de una breve tregua que rompió Mathias Brandle (Footon Servetto), que en el Coll de Sóller logró tener más de medio minuto respecto al pelotón de los elegidos, toda vez que la carrera se había fracturado por varios frentes. S'Esgleieta significó el final de su pulso a los favoritos, y las primeras rampas que llevaban hacia Valldemossa, hacia la penúltima cota del día (segundo paso por el Coll d'en Claret), permitieron que el belga Jan Bakelandsts (Omega Pharma Lotto) y André Steensen (Saxo Bank) lanzaran una seria ofensiva. El Katusha y el HTC Columbia se pusieron las pilas en vistas a deactivar la alerta abierta. Peligraba la victoria de sus principales bazas (McEwen o Greipel) y tocaba ponerse el mono de trabajo para evitar sorpresas. Bakelandsts se resistió, y las cosas se le complicaron a Vicenç Reynés y los suyos. Greipel pinchaba cuando la carrera vivía su fase más frenética, pero el Coll dels Tords ofrecía margen de recuperación, Ahí acabó el sueño de los fugados y se abrió el de Horrach, Luis León Sánchez (Caisse d'Epargne), Maxime Monfort (HTC Columbia) y Dani Moreno (Omega Pharma Lotto). Faltaban nueve kilómetros, y fueron cinco los que prolongaron sus ilusiones. Greipel recuperaba su posición en el descenso hacia Palmanova, y encontró en Reynés a un buen aliado. El de Deià le lanzó para que el alemán rematara con insultante superioridad la victoria, dejando otra vez con la miel en los labios a Koldo Fernández y Manuel Cardoso.