Aritz Aduriz lamenta un error ayer en Zorrilla.

VALLADOLID 1

MALLORCA 2

Valladolid: Justo Villar; Pedro López, Baraja, Arzo, Del Horno; Medunjanin (Nauzet, min. 70), Borja; Keko, Bueno, Sesma (Lázaro, min. 46) y Manucho (Costa, min. 46).

Mallorca: Aouate; Josemi, Rubén, Nunes, Ayoze; Varela (Webo, min. 79), Mario Suárez, Borja Valero, Castro (China, min. 92); Víctor (Julio Alvarez, min. 65) y Aduriz.

Goles:
1-0: Min. 49, Bueno.
1-1: Min. 69, Rubén.
1-2: Min. 83, Julio Alvarez.

Àrbitro: Clos Gómez (comité aragonés). Amonestó a Pedro López, Costa, Castro, Josemi y Ayoze.

El Mallorca consiguió en Zorrilla su segunda victoria fuera de casa tras doblegar (1-2) a un Valladolid muy nervioso que tenía el partido ganado con un gol de Alberto Bueno pero que se dejó remontar en dos claros errores defensivos.

El encuentro enfrentaba a dos equipos con objetivos desiguales. El Mallorca intentaba defender su plaza europea y el Valladolid sumar su primera victoria de 2010 y, de paso, emprender la huida de los puestos de descenso.

Había entre ambos equipos 17 puntos de distancia en la tabla, pero la mejoría del Valladolid en el último partido y las dos derrotas consecutivas del Mallorca mitigaban esa diferencia que, durante los primeros minutos, no se plasmó sobre el campo.

El conjunto balear no pudo contar hoy con los sancionados Iván Ramis y José Luis Martí, dos de los integrantes de su columna vertebral. Ante las dudas que ofrecía la alineación, Gregorio Manzano apostó por «tirar de la manta» hacia arriba y diseñó un planteamiento muy ofensivo al colocar a Borja Valero más retrasado de lo habitual y a dos delanteros natos, Víctor y Aduritz.

El Real Valladolid intentó progresar por la banda de Keko, un jugador rápido y con un «tren inferior» fortísimo, pero el partido no ofrecía espacios, ni ocasiones. A cambio, centrocampismo insulso y juego táctico, sólo eso.

A los 18 minutos, un gol anulado al Mallorca por claro fuera de juego fue el toque de corneta para los baleares, que empezaron a dominar y a jugar «a placer» ante un Real Valladolid temeroso y falto de viveza atrás.

Así las cosas, el equipo de Gregorio Manzano, con Borja Valero al mando de las operaciones, deparó varias noticias ofensivas, sobre todo un disparo cruzado de Aritz Aduritz, tras saque largo de Aouate, que obligó al guardameta paraguayo Justo Villar a una notable intervención (min. 38).

Los cambios de Onésimo Sánchez en el descanso dejaron a su equipo sin jugadores con recorrido en la banda izquierda, pero a los 49 minutos el estado del partido cambió con el gol de Alberto Bueno.

Fue un disparo lejano de Asier del Horno que Dudu Aouate despejó innecesariamente para que Keko recogiera el rechace y, tras un buen regate, le dejara el gol «en bandeja» a Bueno (min. 49).

Este tanto alimentó la autoestima del Valladolid y fue como una sacudida eléctrica para el Mallorca que desapareció del «mapa» del partido durante un cuarto de hora en que los locales gobernaron el medio campo hasta que un cetro-chut de Mario Suárez, que golpeó en la parte superior del larguero (min. 62), devolvió el espanto y el desasosiego a la grada.

El Valladolid tiene medio a perder, tal vez por eso es el rey del empate en esta liga. Ese miedo se plasmó en el minuto 68, cuando Rubén González aprovechó una jugada a balón parado para equilibrar de nuevo la balanza (min. 69).

Manzano debió ver ese miedo en el equipo que dirigió hace diez años porque echó el resto y sacó a Pierre Webó por Fernando Varela. El Mallorca fue al abordaje, a buscar decididamente su segunda victoria de la liga fuera de casa ante un Valladolid que ya para entonces se había desordenado.

Fruto de ese desorden, Julio Alvarez marcó el segundo gol de los mallorquines (min. 83) que se llevaron la victoria con todo merecimiento y dejan al Real Valladolid a cuatro puntos de la permanencia.